Si había alguna duda de que el base boricua José Juan Barea aún es bien querido en Dallas, anoche se comprobó con la estruendosa ovación que recibió al momento de recibir su anillo durante la ceremonia de entrega de anillos de campeones de la NBA a los Mavericks  en el American Airlines Center.

Barea, quien ahora milita con los Timberwolves de Minnesota, no pudo jugar en el partido frente a Dallas debido a su lesión de hamstring, pero sí hizo el viaje para asistir a dicha actividad prejuego y apoyar a su equipo en la victoria por 105-90.

Vestido de civil, el boricua fue el primero en recibir su anillo de manos del dirigente de Dallas, Rick Carlisle, lo que provocó una ovación de más de 10 segundos desde que su imagen salió en las pantallas gigantes del coliseo. De hecho, su ovación fue la segunda más prolongada y sólo superada por la  del estelar alemán  Dirk Nowitzki.

“Éste es un jugador que estuvo con nosotros por cinco años. Y no muchos jugadores entran a la liga sin ser escogidos en el sorteo y sirven de estelaristas en los juegos cruciales en una corrida de campeonato. Y sé que hay mucha gente bien feliz de verlo de regreso aquí esta noche”, dijo Carlisle mientras los fanáticos de Dallas vitoreaban a Barea.

 “Estoy bien emocionado de estar aquí y recoger este anillo. Hubiera querido estar jugando, pero al menos tengo más tiempo para  hablar y compartir con todos”, dijo Barea a 

ESPN-Dallas previo al comienzo del juego de los Mavericks contra Minnesota.

LOVE firma extensión 

 Kevin Love y los  Timberwolves acordaron ayer  una extensión de contrato de cuatro años que podrá tener un valor de entre $60 y $62 millones y que incluye una opción para renovar en el último año. Ambas partes  se habían fijado hasta las 11:00 p.m. de ayer como plazo para concretar la extensión. De no ser así, Love se hubiese convertido en agente libre con restricciones al final de esta campaña.