En su año más difícil como gerente general y coapoderado de los Capitanes de Arecibo, esto en 18 años en el puesto, Ángel Edgardo García mira atrás a algunas decisiones tomadas o no ejercidas durante la tumultuosa temporada que tuvo el equipo sobre la duela y piensa que dos en específico pudieron haber marcado la diferencia. Claro, revisitar las posibilidades después de haber sido barridos en cuatro juegos en la fase cuartos de final es un mamey.

Pero bueno, antes de justificar la atípica temporada y la temprana eliminación a los revoltosos meses que antecedieron la campaña, o de reclamar que varias lesiones que cargaban jugadores como Walter Hodge, Víctor Liz y Jonathan Rodríguez fueron claves en el proceso, García es el primero en apuntar a una falla de su parte.

“No voy a reclamar que nada de los proceso que tuvimos o las lesiones resultaron en el desenlace competitivo en un año bien difícil. Mejor admito que al primero que le ofrecieron a DeMarcus Cousins fue a mí. Y que tuve en mis manos el contrato de Kenneth Faried y no ejercimos esas opciones. Decisiones tomadas en el análisis del momento... Ahora es un mamey decirlo. Lo debimos haber hecho, es lo que pienso al examinar todo ahora desde la terraza de mi casa”, destaca García.

El veterano hombre que ha trabajado bajo las últimas tres administraciones de los Capitanes uso la palabra debimos, en plural. Por lo tanto reconoce, sin entrar en detalles, que hubo debate para decidir a favor de esas contrataciones. Y asegura que si no se ejercieron no tuvieron nada que ver con aspectos económicos. En su momento, tal vez las filosofías de juegos. Las expectativas de que los planes originales esbozados para la campaña funcionaran. Fueron los planes que prepararon para los importados Paris Bass y Aaron Harrison, y posteriormente con Tony Bishop, cuando evidentemente ya Cousins y Farried no estaban disponibles.

Y pues en cierta manera funcionaron. El equipo logró su clasificación a la postemporada aunque pasó por un tumultuoso proceso de cambio de dirigente, tras el despido de Tony Ruiz, la dirección interina de Pedro González y la polémica contratación de Juan Cardona, quien de paso, está bajo contrato para mantenerse al frente del equipo para el 2024.

El veterano armador Walter Hodge Jr. es uno de los titulares de los Capitanes bajo contrato para la temporada 2024.
El veterano armador Walter Hodge Jr. es uno de los titulares de los Capitanes bajo contrato para la temporada 2024. (BSN)

Pero llegada la postemporada, las cosas no fueron bonitas. El equipo utilizó a cuatro refuerzos en la fase y fue barrido en cuatro juegos por los Mets de nada más y nada menos, DeMarcus Cousins.

“No nos salió la cosa bien. Pero no fue que los jugadores no se entregaron a perder. Simplemente pienso que todo el año tratamos de resolver los problemas como lo hacíamos antes sin percatarnos que la liga cambio y el nivel competitivo es diferente”, observa García, apuntando a que la temporada ha sido la más dura que ha visto en su tiempo en la liga.

Por tal razón, y considerando que por segundo año corrido Arecibo es sorprendido antes de lo esperado y limitado en su potencial, García asegura que de cara a la próxima temporada el equipo pasará por una reestructuración completa. Los detalles de cómo eso cuadrará son imposibles de prever ahora mismo. Los Capitanes tienen a siete jugadores bajo contrato, los que García prefirió no identificar. Ese número excluye a los jugadores que son reservas por haber sido reclamos de los más recientes sorteos de nuevo ingreso.

Sin decirlo, es bastante predecible pensar que el equipo evaluará la permanencia de sus caballos de Troya, Hodge, David Huertas y Víctor Liz. Igualmente de figuras como Jonathan Rodríguez y Devon Collier.

“El resultado que tuvimos creo que nos muestra que ya llegó el momento de reestructuración completa. La vida en el deporte es un ciclo. Entraremos a un periodo de cambio”, aseguró García.

Hay ayuda en camino

Sea lo que logre el equipo de cara al 2024, los Capitanes están a dos o tres años de poder sumar un par de jugadores arecibeños de talento excepcional que fueron desarrollados en las categorías menores en Arecibo: el escolta de 6′7 de estatura activo en la NCAA con la Universidad de Illinois, R.J. Meléndez, y el también guardia de la Universidad de St. John’s, Rafael Pinzón, quien mide 6′6.

“Esos dos jóvenes son hijos de franquicia. Los Capitanes han invertido por años en Arecibo Basket y ellos son productos de Arecibo Basket. Aportamos también a otros clubes”, destaca García.

Pero en cuanto ellos llegan, si llegan, no vaya a ser que se conviertan en material para la NBA, los Capitanes explorarán el mercado.

“Si quieres resultados diferentes, tienes que hacer cosas diferentes. Sería irresponsable si digo que no iremos al mercado de cambio a ver que podemos hacer”, precisa.

Con eso en mente, García dijo que ya la semana que viene se va a reunir Cardona y otro personal para trabajar con un plan, un análisis completo y comenzar a organizarse para el 2024.

Será algo que Arecibo no pudo hacer el año pasado por el revolú que se formó cuando los pasados administradores del equipo, Frabián Elí Carrión y Anuel AA rompieron sociedad y dejaron al equipo a la deriva.

“El caso explotó en septiembre pasado. Deudas por $2.8 millones. Llegamos a perder la franquicia, literalmente. Hubo hasta una reunión en la liga para apuntar una fecha para sortear a los jugadores de Arecibo”, relata García, quien, sin embargo, agradece a todos los apoderados del BSN porque se negaron a tomar ese camino fácil y le motivaron a seguir trabajando para intentar salvar al equipo.

Muchos héroes permitieron la participación de los Capitanes

Mirando todo a casi 10 meses del lío, García apunta que la gran victoria de Arecibo en la campaña fue el poder jugar. Y apuntó que hay muchas personas que merecen crédito por eso, comenzando por el apoderado del equipo, José Baeza, quien según cálculos estimados, no oficiales, hechos por García, debe haber invertido este año como $3 millones de dólares en el equipo en el proceso de compra del equipo, saldo de deudas e inversiones para la temporada.

“Dentro de una temporada tan difícil como esta, hay que dar gracias por este caballero. Fue el único de los que surgió como candidato para comprar el equipo que llegó y dijo me voy a hacer cargo”, dijo García.

Pero antes que Baeza llegara, García apunto como instrumentales en intervenir para salvar la franquicia a otros más. Encabeza la lista el presidente del BSN, Ricardo Dalmau, el vicepresidente del organismo José Solá González, el director de torneo José Couto, el coapoderado de los Piratas de Quebradillas, Lee Sepulvado, con una distinción aparte, el presidente de la Asociación de Jugadores del BSN, el Lic. Ricardo Carrillo.

“Ellos fueron los que me ayudaron a organizarme, a darme un espaldarazo de sabiduría y ayuda emocional. Todos ellos fueron importantes en el proceso. Couto en intervenir en las negociaciones con las otras partes que estaban aquí. Sepulvado fue un brazo bien fuerte de apoyo para los Capitanes. Carrillo fue quien trajo calma y me dijo, tranquilo, vamos a organizarnos para resolver esto”, precisa García, quien ahora aspira a un proceso natural de trabajo para el 2024.