Los Celtics de Boston tuvieron una discusión ruidosa y alteras en el camerino después de perder 106-101 contra el Heat de Miami en el segundo juego de la final de la Conferencia del Este.

Las paredes no pudieron contener el sonido y se escuchó al armador Marcus Smart reclamarle a sus compañeros de equipo para luego salir molesto del vestuario. En conferencia de prensa, los Celtics intentaron restar importancia a lo sucedido.

“No fue nada”, dijo Kemba Walker, armador titular de los Celtics. “No fue nada”, repitió.

El alero Jason Tatum agregó que “estamos frustrados”.

“Pero eso es deportes de equipo. Se supone que no debemos estar contentos de que estemos abajo 2-0. Pero eso no es nada fuera de lo común. Solo hablo del juego. Es bueno que pase”, agregó.

Por otro lado, el centro Enes Kanter tomó las redes para negar el incidente.

Los Celtics dejaron perder una ventaja de 17 puntos en el encuentro y ahora se ven abajo 2-0 en la serie. En el primer juego también vieron borradas ventajas de 13 y 14 unidades.