Ponce. A las afueras del camerino local del Auditorio Juan “Pachín” Vicens se podía escuchar a los jugadores y al cuerpo técnico de los Leones cantar “Alegría”, una canción del merenguero dominicano Toño Rosario que se ha vuelto un himno en Ponce.

Allí, el dirigente Carlos Rivera fue sorprendido por sus pupilos con un balde de agua fría que lo empapó de pies a cabeza y, luego de una breve charla, comenzó la fiesta al ritmo del pegajoso tema, con Jezreel “Macho” De Jesús bailando en el centro.

A pesar de que suelen celebrar sus victorias con “Alegría”, el ambiente en el vestuario de los melenudos era distinto. Esta vez no solo festejaban un triunfo, sino su clasificación a la gran final del Baloncesto Superior Nacional (BSN).

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Los Leones acababan de eliminar a los Indios de Mayagüez en el sexto juego de la final de la Conferencia B frente a los miles de fanáticos que abarrotaron el “Pachín” Vicens de esquina a esquina.

Ponce no vivía algo así desde 2019, cuando avanzó al baile de coronación tras eliminar a los Vaqueros de Bayamón y terminó cayendo en seis partidos ante los Santeros de Aguada. Rivera fue el armador titular de los selváticos en esa serie.

Ahora, en su segunda campaña como entrenador, el otrora canastero tiene la oportunidad de traer al “Pachín” Vicens ese decimoquinto campeonato que se le escapó siete años atrás.

“No había tenido ese sentimiento que tuve esta noche mientras celebraba con la fanaticada hace 10 años, cuando ganamos el campeonato en 2015 y sentí esa adrenalina como jugador. Creo que, dentro de mí, llevaba tiempo esperando ese momento de sentir a la fanaticada ponceña otra vez envuelta y verlos celebrando. Lo disfruté la verdad”, compartió el técnico a GFR Media después de celebrar con sus jugadores el pase a la final.

“Hace una semana, los jugadores me preguntaron y les dije que no, pero sí extrañaba este ambiente. Extrañaba a la fanaticada, la adrenalina y competir como lo hicimos hoy (ayer)”, continuó.

Carlos Rivera, dirigente de los Leones, celebra en el camerino local con los jugadores el pase a la final 2025 del BSN.
Carlos Rivera, dirigente de los Leones, celebra en el camerino local con los jugadores el pase a la final 2025 del BSN. (BSN)

Rivera asumió la dirección de los Leones en un momento turbulento la pasada campaña tras la salida del argentino Sergio Hernández. No quería tomar el puesto debido a que quería ganar más experiencia en las líneas. Sin embargo, el apoderado Gerardo “Jerry” Misla le insistió, y, como dijo el exarmador, “papá Dios nos puso en este camino”.

“Jamás me imaginé esto porque yo no quería ser coach tan rápido. Quería pasar el proceso como normalmente se hace, pero papá Dios nos puso en este camino y hoy estamos aquí”, confesó.

Su historia ha sido una especial este año, no solo por el hecho de que un dos veces campeón con los selváticos llevó al quinteto de la Ciudad Señorial a la gran final como entrenador, sino también por todo lo que le tocó superar en el camino.

A mediados de junio, el mentor se vio obligado a alejarse de las líneas por una condición cardiaca. Visitó de emergencia dos hospitales y estuvo cerca de ser operado del corazón, pero al final no necesitó ser intervenido quirúrgicamente.

El asistente Fernando Casablanca tomó las riendas y, aun sin el líder de la manada en la recta final, los Leones lograron clasificar a la postemporada. Estuviese o no en cancha, Rivera ya le había implantado al equipo una identidad ganadora que lo diferenciaba de años anteriores.

“Aprendí mucho de este grupo porque durante toda la temporada pasamos por situaciones complicadas. Todavía seguimos pasándolas. Entró Jordan Murphy, pero no estaba al 100 por ciento y Brady Manek se operó (la nariz) para poder jugar. Se nos ha puesto a prueba toda la temporada y, aun así, los muchachos han respondido”, indicó Rivera.

“Creo que ha sido un proceso que empezó el año pasado. Llegamos a la semifinal y fue una sensación de alegría porque logramos algo que no parecía estar cerca, pero teníamos que dar un paso más adelante. Optamos por darle un voto de confianza a los jugadores porque se lo merecieron y salió bien. Hoy estamos aquí con el mismo núcleo, pero con otros refuerzos por la situación que era. Por encima de las habilidades individuales va la cohesión de grupo. Hubo altas y bajas durante la temporada. Llegaron a haber dudas sobre si ese era el plan correcto, pero hoy (ayer) demostramos que ese era el plan correcto”, abundó.

Ponce llegó a la gran final reforzado por Brady Manek, Matt Mooney y Michael Devoe, quienes se combinaron para 40 puntos ante Mayagüez.

Y aunque muchos dudaban de que figuras como Jezreel De Jesús y Jared Ruiz pudieran liderar a un equipo ganador, Rivera demostró lo contrario. Apostó por los suyos cuando nadie más lo hacía y transformó a los Leones en una escuadra que dominó a los Piratas de Quebradillas, liderados por el Jugador Más Valioso Emmanuel Mudiay, en los cuartos de final, y luego aplastó a los Indios, comandados por el Dirigente del Año Iván “Pipo” Vélez, en la final de la Conferencia B.

Jezreel De Jesús ondea la bandera de Ponce, luego del triunfo sobre los Indios de Mayagüez en el sexto juego de la final de la Conferencia B del BSN.
Jezreel De Jesús ondea la bandera de Ponce, luego del triunfo sobre los Indios de Mayagüez en el sexto juego de la final de la Conferencia B del BSN. (BSN)

“Nosotros no tenemos ningún tipo de presión”

Pero lo cierto es que a Ponce le espera un reto mayor en la gran final frente a los Vaqueros de Bayamón o los Cangrejeros de Santurce, quienes disputarán esta noche el séptimo juego de la final de la Conferencia A. El conjunto de la Perla del Sur dividió honores (1-1) con Bayamón y fue doblegado por Santurce las dos veces que se vieron las caras.

No obstante, Rivera no le teme a ninguno de los dos pesos pesados que podría encontrar al otro lado de la cancha en la serie de campeonato. Después de todo, los Leones ya llegaron hasta aquí contra todo pronóstico… y no tienen nada que perder.

“Nosotros hemos ido poco a poco. Contra Quebradillas nos enfrentamos al MVP de la liga, aunque tuvo una lastimadura, al igual que nosotros, y nos puso a prueba. Luego enfrentamos al mejor equipo de la Conferencia B, que son los Indios de Mayagüez, dirigidos por Iván Vélez, el Dirigente del Año, y nos pusimos a prueba otra vez. Ahora nos toca contra los dos campeones, según los conocedores, porque la verdad es que todo el mundo los daba a ellos para quedar campeones”, dijo el mentor.

“Ya sea Santurce o Bayamón, nosotros no tenemos ningún tipo de presión. El que gane de ellos será el que cargue con toda la presión, porque todo el mundo los dio a ellos para ganar, y no a nosotros. Por eso, les dije a los jugadores: ‘Vamos a disfrutarlo. Logramos la meta. Estamos en una final’. De ahora en adelante, vamos a disfrutar lo que venga, sea con Bayamón o Santurce”, agregó.

La gran final del BSN está programada para comenzar el domingo, 3 de agosto. El primer juego será en el Coliseo Rubén Rodríguez, de Bayamón, o el Coliseo Roberto Clemente, de San Juan, dependiendo del ganador de la Conferencia A.