Mundi Báez: Comisionado para transformar el baloncesto
Dirige una Comisión Técnica que tiene como meta cambiar la forma en que se enseña y juega baloncesto en el País.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Por años se ha venido diciendo lo mismo una y otra vez, pidiendo cambios trascendentales en la forma que se trabaja con nuestros niños y jóvenes en categorías menores y siempre todo queda en lo mismo.
Después viene la letanía del fanático en protesta por la carencia de prospectos, amén de la ausencia de fundamentos y de ética de trabajo fuera del tabloncillo de muchos de nuestros jugadores cuando llegan a edad adulta.
Pero es que cambiar el ‘statu quo’ de cómo se juega y se ‘enseña’ el baloncesto en Puerto Rico es sumamente difícil, especialmente cuando se genera tanto dinero a través de este deporte y nadie quiere que le toquen su ‘finquita’, ya sean clubes, ligas privadas o colegios privados.
Si no, pregúntele a Edmundo ‘Mundi’ Báez, veterano técnico en categorías menores y en el Baloncesto Superior Nacional que acaba de asumir el reto de dirigir la Comisión Técnica de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico y que tiene como encomienda ayudar a transformar la manera en que se enseña y juega este deporte en nuestro país. Esto mediante cambios significativos en las reglas de las ligas para niños, en la calendarización efectiva de ligas a través del año, en la masiva orientación a padres y en la certificación de dirigentes, árbitros y oficiales de mesa.
“Tenemos una verdadera guerra entre ‘educar vs. ganar’. Actualmente en Puerto Rico comenzamos el proceso de desarrollo de jugadores al revés. Iniciamos compitiendo mucho desde temprana edad y luego de adultos queremos enseñar fundamentos y corregir malos hábitos, cuando ya es tarde. El énfasis en ganar desde temprana edad es tan atroz que lo que estamos haciendo es matando a nuestros prospectos”, aseguró Báez.
“Hay un nivel desmedido de juegos y una presión indebida por parte de coaches, padres, clubes y escuelas a niños que es absurda. Pretenden exigir ganar cuando lo idóneo es que para cualquier menor de nueve años de edad el juego sea de pura diversión y sirva para empezar a aprender fundamentos del baloncesto, así como integrar el aprendizaje de valores morales, a ser compañeros, a respetar las reglas. Que el baloncesto sirva para desarrollar personas integrales en esta sociedad desde temprana edad, además de masificar el deporte”.
Educar vs. ganar
Como indica Báez, las primeras edades son para aprender fundamentos. Y esto incluye los aspectos defensivos, pues actualmente el afán de ganar es tan grande que no es raro ver partidos donde se presea a cancha completa desde el pito inicial para tratar de aplastar rivales temprano.
“Hay mucho dinero envuelto y la forma de dirigentes, escuelas o clubes ganar notoriedad y matrícula es ganando y no necesariamente enseñando bien el baloncesto. Por ejemplo, entre las cosas que tenemos que exigir es que se enseñe bien a jugar defensa hombre a hombre desde edad temprana para que nuestros prospectos estén listos para el baloncesto internacional. Eso le ayuda a los jugadores a identificar mejor las situaciones del partido, a tener lecturas de juego, a tomar buenas decisiones. Hoy día, la mayoría de los jugadores no toman buenas decisiones. Son ‘zoneros’ y ‘preseadores’ desde pequeños”, dijo Báez.
“Mi recomendación en todas las categorías es que en cada partido se comience a jugar los primeros tres parciales con defensa hombre a hombre y que en el último parcial se pueda jugar el estilo de defensa que deseen”.
Otro asunto que le preocupa a Báez a nivel educativo es el rol de los colegios privados, los cuales becan jugadores pero les exigen jugar a veces desde septiembre y no hay control sobre ellos.
“Las escuelas superiores privadas no están afiliadas a ninguna liga en particular. Reclutan de una manera desmedida y juegan en exceso. Comienzan en septiembre con torneos invitacionales y se termina con la Copa El Nuevo Día (para fines de marzo), que es lo máximo que buscan estos colegios para efectos de reconocimiento”, dijo Báez.
“El caso más nefasto ha sido el de jugadores que se les ha bajado de grado, que los cuelgan para que el muchacho juegue un año adicional con tal de que una escuela llegue a este torneo prestigioso. Es un tema bien difícil que necesita la intervención del Departamento de Educación. Y en esto también hay que educar a los padres de que el deporte escolar debe ser como fin primordialmente académico. La idea es que el deporte sirva para obtener una beca universitaria. ¿Qué por ciento de jugadores llega al BSN? ¿Qué por ciento llega a ligas profesionales?”

Ojo con los padres
Para Báez los primeros que hay que orientar y educar son a los mismos padres, quienes por ignorancia o a conciencia permiten que sus hijos sean utilizados por estas entidades.
“Hay padres que anteponen que el niño juegue por encima de cualquier otra responsabilidad. Desean por experiencias vicarias que sus hijos hagan lo que ellos no hicieron de jóvenes. Desean que por medio del deporte sobresalgan y se olvidan de la parte académica”, dijo Báez sin tapujos.
“Eso sin contar los maltratos emocionales. Cuando no juegan bien, a los nenes los llevan en los carros regañándoles. Eso provoca mucha deserción del deporte. Se quitan por la presión de la familia. Y ni mencionar el exceso de lesiones a tempranas edades, como stress-fractures (fracturas de piernas por estrés), meniscos, ‘hamstrings’ por sobreuso del cuerpo. Los maltratamos físicamente con tantos juegos”.
A calendarizar
Para evitar tanto exceso de juego, Báez pretende calendarizar las ligas para que muchas no conflijan durante el año, así como hacer mandatorio que cada jugador no pueda participar en más de dos ligas al año.
“Vamos a encontrar una resistencia fuerte. Todo el mundo quiere encajonarse en su espacio y no se quieren mover. La calendarización será un proceso paulatino. No va a ser fácil por los intereses creados. Pero lo ideal es que no se sobrecargue a los niños y que hasta tengan dos meses al año donde nadie juegue, para descanso y para prácticas de fundamentos de forma exclusiva”, dijo Báez, quien pretende utilizar una herramienta llamada FIBA Organizer para delimitar las participaciones de los jugadores.
“Con ese programa podremos monitorear si hay jugadores que estén activos en más de dos ligas al año y así impedir su sobreuso”, dijo Báez.
Báez agregó que también se harán seminarios y certificaciones para dirigentes, árbitros y oficiales de mesa de forma diligente, incluyendo una de dirigentes que se dará en enero en San Juan, Ponce y Arecibo.
Además, sugirió varios cambios importantes en el estilo de juego de categorías menores para las edades entre 5 a 10 años a ser implementados lo antes posible.
“Mi idea es que en edades de 5-6 años se juegue sin pizarra para evitar esos márgenes desmoralizantes de juegos que se acaban 100 a 25. Luego de 7-10 años se empezaría a jugar por parciales, donde el equipo que gane un parcial se le asigna dos puntos y el que pierde tiene uno (2 a 1). En cada parcial se empieza en cero otra vez. Al final, el que gane más parciales obtiene el triunfo”, sugirió Báez.
“Ya a partir de los 11 o 12 años se comenzaría la parte competitiva, a enseñar técnico-táctico, todo lo que envuelve el deporte”.