Piculín Ortiz a su cita con la inmortalidad
El boricua será exaltado al Salón de la Fama de la FIBA mañana viernes
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Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Le tomó 26 años de carrera, miles de horas quemando tenis en las canchas de Puerto Rico y del mundo, ocho campeonatos en el Baloncesto Superior Nacional, cuatro Juegos Olímpicos y hasta tuvo que darle la vuelta al mundo -literalmente- pero finalmente, José “Piculín” Ortiz será reconocido este viernes con el honor máximo que atleta alguno puede recibir: la inmortalidad.
El eterno astro del baloncesto nacional será exaltado este viernes al Salón de la Fama del Baloncesto Mundial FIBA en la ciudad de Pekín, China a solo horas de que inicie el campeonato mundial de ese deporte.
“Muy complacido; muy agradecido; eternamente agradecido; infinitamente agradecido”, sostuvo Ortiz, de 55 años.
“Creo que no le puedo pedir más a Dios, que me haya dado tantas cosas bonitas, aprender idiomas, aprender culturas, conocer gente magnificas y aficiones muy aferrados a sus equipos, pero que de alguna manera sabían que con la camiseta de cada uno de los que jugué, di lo mejor de mí”, agregó.
Ortiz viajó el miércoles a China para participar de la ceremonia que se llevará a cabo en la noche del viernes en Pekín (el viernes en la mañana en Puerto Rico). Compartirá el honor con otras dos glorias del baloncesto a quienes enfrentó durante su prolífica carrera: el estadounidense Alonzo Mourning y el argentino Fabricio Oberto. También formarán parte de la clase 2019 Janeth Arcain (Brasil), Margo Dydek (Polonia, póstumo), Atanas Golomeev (Bulgaria), Mohsen Medhat Warda (Egipto), Jiri Zidek (República Checa), Mou Zuoyun (China, póstumo), Bogdan Tanjevic (Montenegro) y Natalia Hejkova (República Checa).
La destacada trayectoria de Ortiz lo llevó a jugar desde 1980 en el BSN) y con la selección nacional desde 1983. Fue el referente del baloncesto nacional por casi tres décadas, además de ver acción en las principales ligas del mundo como la NBA, España y Grecia, entre otros.
“Es una carrera la cual yo estoy muy agradecido de todas las personas que estuvieron envueltas, porque sin ellos, yo no hubiese tenido la carrera que de alguna manera tuve y aprovecho para agradecerle a cada uno de ellos su aportación y su compromiso. Sobre todo, en la parte humana”, sostuvo Ortiz, quien se retiró de las canchas en el 2006.
A pesar del máximo reconocimiento al que será objeto, todavía al “Picu” le cuesta asimilar lo que está a punto de experimentar.
“No te puedo decir qué se siente ser inmortal. Sé que no lo soy. Quizás en el recuerdo de mucha gente sí y creo que eso es suficiente. Si la inmortalidad significa estar en el recuerdo de mucha gente que me apoyó en las buenas y en las malas y que el día que desaparezca voy a seguir presente, si esa es la inmortalidad, bienvenida sea”, sentenció.