Boston iba a tener que enfrentar el domingo a Miami con la cantidad mínima establecida por la NBA de ocho jugadores. Al final, el Heat ni siquiera estaba seguro de que tendría tantos.

El partido entre Boston y Miami fue pospuesto, no porque los Celtics reportaron la indisponibilidad de siete jugadores a causa de los protocolos de seguridad y salud de la liga para jugar durante la pandemia de coronavirus, sino por preocupaciones en torno a la exposición dentro del roster del Heat.

El Heat se enteró horas antes que el base Avery Bradley no estaría disponible para el partido en Boston debido a los protocolos implementados por el COVID-19. Eso significaba que el Heat tenía que revistar los datos de rastreo de contactos, y con ese proceso aún en curso el domingo por la tarde, se tomó la decisión de posponer el encuentro como medida de precaución.

La liga anunció la decisión unas dos horas antes del inicio del partido.

Los Celtics habrían sufrido la ausencia de siete de sus jugadores a causa de los protocolos por COVID-19, todos ellos descartados horas antes que se anunciara la decisión de la NBA, además de otros dos que están fuera por lesiones. Eso habría dejado a Boston con apenas ocho jugadores disponibles, la cantidad mínima permitida por la liga.

El Heat ni siquiera tenía a tantos jugadores autorizados por la NBA, de ahí la decisión de posponer el encuentro. El equipo se hospedaba en Boston al tiempo que seguía el proceso de rastreo de contactos y tiene previsto jugar en Filadelfia —otro equipo que tiene problemas relacionados al virus— el martes o jueves.

Los 76ers jugaron con únicamente siete jugadores el sábado en una derrota ante Denver, haciéndolo en parte debido a que algunos fueron descartados en conformidad con los protocolos del virus.