El exjugador Jason Hernández, primer puertorriqueño en ocupar un puesto en la dirección técnica de un equipo de la NBA, con los Hornets de Charlotte, acaba de ser reclutado como dirigente en propiedad de la filial de la franquicia en la liga de desarrollo G-League, el Swarm de Greensboro.

Hernández, conocido en los círculos del básquet como Jay, se unirá así a otro puertorriqueño que está dirigiendo en esa liga, el otrora jugador de la Selección Nacional, Nathan Peavy, quien fue nombrado en 2020 para hacerse cargo de los Stars de Salt Lake City, filial en la G-League de los Jazz de Utah.

Nacido en Nueva York y de abuelos oriundos de Río Piedras, Hernández fue jugador y participó incluso en el Baloncesto Superior Nacional (BSN). Hijo del otrora jugador de los Vaqueros de Bayamón y de los Leones de Ponce, Richie Hernández, Jason fue nombrado asistente de los Hornets previo a la campaña 2018-2019.

Pero había tenido otras experiencias como técnico en la NBA. Su debut llegó en la parte final de la temporada 2014-15 con el Magic de Orlando, cuando el técnico Jacque Vaughn fue despedido y el entonces asistente principal, James Borrego, lo reemplazó en la dirección y nombró a Hernández, quien trabajaba en el desarrollo de jugadores, como asistente.

Con el Swarm de Greensboro, Hernández trabajará en la burbuja de la G-League se efectuará desde febrero en el complejo deportivo de Disney World en Orlando, Florida.

Según reportó el sitio oficial de The Charlotte Observer, Hernández estará separado del equipo grande de los Hornets en la NBA, pues la burbuja de la G-League se llevará a cabo durante un periodo de seis semanas, con partidos cada dos días.

Los Hornets optaron por no retener a Joe Wolf como entrenador de su filial de la G-League, el Swarm. Cuando los Hornets se comprometieron a formar un equipo para esta temporada en Florida, Hernández intervino para supervisarlo, así que estará al mando de un equipo que conoce, pues está habituado a trabajar con el desarrollo de canasteros desde hace varios años.

De hecho, Hernández lleva trabajando en esa faceta desde que se retiró como jugador activo en 2004, luego de su última temporada en el BSN.

A su regreso a Nueva York, estableció una academia de entrenamiento para jugadores. En ese negocio estuvo por 10 años y así se dio a conocer en el ambiente del básquet profesional hasta que recibió una recomendación para trabajar con el Magic.

Con su nombramiento como dirigente en propiedad del Swarm de Greensboro, el puertorriqueño se coloca un paso más cerca de su sueño de dirigir al más alto nivel en la NBA.

“Creo que definitivamente podría tener la oportunidad de ascender al puesto de dirigente en el futuro. Cada día estoy aprendiendo y tengo la meta de mejorar en esta profesión. Las relaciones que uno cosecha y el respeto que uno da y recibe, son parte del paquete que se requiere para un día estar en dicho puesto”, dijo Henández a El Nuevo Día cuando fue nombrado asistente de los Hornets en 2018.