Más que darle un luchado triunfo a los Astros sobre los Yankees, el cuadrangular del boricua Carlos Correa del lunes en la madrugada simbolizó muchas cosas para el campocorto puertorriqueño.

Posiblemente una de las principales lo fue el poder de demostrarle a la fanaticada del equipo que finalmente está sano y listo para continuar una productiva carrera que se ha visto pausada en varias ocasiones por lesiones, cosa por la que ha sido criticado.

Igualmente, pudo haber simbolizado su salida de una mala racha de postemporada en la que bateaba de 22-3 (.136) antes del decisivo batazo, y tal vez hasta su liderato entre las filas de los Astros, si le sumamos la espectacular jugada que realizó desde segunda base cuando recogió una roleta que se le escapó al intermedista José Altuve y disparó hacia el plato para fusilar a un corredor y mantener el juego empatado.

Pero lo que al final sí quedó claro es que el boricua al parecer siente un placer especial en castigar a los Yankees de Nueva York.

“Tan pronto le di sabía que se iba a ir por encima de la verja”, dijo Correa tras el partido, según declaraciones recogidas por The Associated Press. “La adrenalina comenzó a bombear por montones. Ni siquiera sé que fue lo que hice. Tengo que mirar el vídeo. Pero estaba bien ‘pompea’o’”.

Lo que hizo Correa fue celebrar el batazo sin reservas. Primero se quedó observando la ruta que tomó la pelota. Luego lanzó el bate al aire, colocó su mano sobre su oreja derecha y luego recorrió las bases con un dedo levantado. Mientras, para cerrar la celebración, se acercó al plato donde lo esperaban sus compañeros, lanzó el casco al aire cual si fuera un jugador de baloncesto realizando un tiro, y de ahí saltó para festejar con los suyos.

Razones de sobra tenía para celebrar, sobre todo en esta etapa en que las Mayores promueven que los jugadores muestren sus emociones sin temor a viejas políticas o reglas no escritas del béisbol. 

“Ha sido un camino muy difícil este año, pero finalmente estoy aquí y pude contribuir”, agregó el siore  de 25 años.

En su carrera ante los Mulos del Bronx, incluyendo la postemporada, el santaisabelino batea para .324 con 11 dobletes, 10 jonrones y 29 remolcadas en 38 encuentros.

Incluso, en el segundo juego de la Serie de Campeonato de la Americana del 2017, Correa también los dejó sobre el terreno al disparar un doblete ante Aroldis Chapman que puso fin al partido. Por eso ya hay quien se refiere a él como un ‘Yankee Killer’. Y el lunes lo fue con el bate y con el brazo.

“Pensé que se había ido más lejos y desde donde yo estaba me lució como que enviar al corredor era absolutamente correcto”, dijo Aaron Boone, dirigente de los Yankees, sobre la jugada en que Correa fusiló a LeMahieu en el plato en la parte alta de la sexta, cuando Nueva York amenazaba con quebrar un empate a 2-2.

 “Fue una gran gestión de Correa al estar pendiente y de estar en la posición en que estaba, atraparla limpiamente y luego, obviamente, con el brazo que tiene, tirar un ‘strike’ al ‘home plate’”, agregó Boone.

Correa, quien finalizó la noche conectando dos hits en cinco turnos, además produjo la primera vuelta de los Astros en el encuentro durante la segunda entrada.

Luego de que Bregman abriera la tanda con un inatrapable al izquierdo y Yordan Álvarez se trabajara un pasaporte, Yulieski Gurriel fue eliminado con un batazo de línea antes de que Correa sacudiera un doble al izquierdo que remolcó a Bregman para el 1-0 y dejó a Álvarez en la antesala.

Luego que un jonrón de dos carreras de Aaron Judge colocó a los Yankees en ventaja 2-1, George Springer empató el juego y sentó la oportunidad para que Correa lo ganará en la 11ma.

Ofensivamente, y entre campocortos, sus nueve jonrones y 27 remolcadas en juegos de playoffs son solo superados por los 20 jonrones y 61 RBI que tuvo Derek Jeter en su carrera.

 Como si fuese poco está tercero en la historia de los Astros en vuelacercas de postemporada, ya que es superado solo por George Springer (12) y José Altuve (11).

Pero el domingo en la noche, al llegar a 27 remolcadas, superó al líder de la historia de la franquicia, Lance Berkman.

 “Siempre hemos dicho que es una gran parte de nuestra ofensiva, de nuestra defensiva y una gran parte de nuestro equipo. Usualmente batea tercero o cuarto, pero en este equipo, y como viene de lesiones, lo bajamos un poco”, dijo el dirigente de Houston, AJ Hinch. “Ya pudieron ver el impacto que tanto nos encanta de él. Y cuando miras a sus totales de carreras remolcadas en la postemporada y sus ‘walk-offs’, miras los momentos grandes.Es un hombre muy especial”, agregó el técnico.

Carlos Correa comenzó a celebrar su jonrón con este gesto. (AP)
Carlos Correa comenzó a celebrar su jonrón con este gesto. (AP)

¿Qué dicen ahora?

Un batazo lo cura todo. Aunque Carlos Correa no lo ha dicho, el misterioso gesto de llevarse la mano a la oreja pudo haber tenido vario significados... o tal vez solamente uno. 

Lo cierto es que durante las pasadas dos temporadas el puertorriqueño ha sido blanco de críticas tanto de parte de la fanaticada de los Astros como de la prensa especializada que cubre el equipo. Algunos han sugerido que los Astros deberían deshacerse del santaisabelino ahora, cuando aún tiene valor.

Las lesiones han hecho estragos con Correa durante las pasadas dos campañas. En el 2018 se lastimó a fines de junio y perdió 37 juegos. Esta temporada se perdió el día inaugural con rigidez del cuello y luego pasó a la lista de lesionados con una fractura en una costilla a fines de mayo. Perdió 50 juegos antes de regresar a fines de julio, pero en agosto volvió a perder tiempo de juego con rigidez en la parte baja de la espalda, 25 juegos más.

Así que sabrá Dios qué quería oir Correa tras el jonrón. Si al público alabándolo, o sencillamente si los críticos callaron.