En su camino a convertirse en un inmortal del béisbol de las Grandes Ligas, Edgar Martínez pulió sus destrezas, corrigió deficiencias e hizo ese trabajo extra que lo llevó a ser uno de los bateadores más temidos de su generación, jugando en la liga invernal de Puerto Rico.

Es por eso que para Martínez tiene un significado especial la dedicatoria de la temporada 2019-2020 de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente que fue inaugurada oficialmente el viernes en el Estadio Hiram Bithorn de la capital.

“Es algo que me llena de mucho orgullo, es un gran honor el que me hayan dedicado el torneo en esta temporada y que hayan retirado mi número”, dijo Martínez a periodistas en el Bithorn previo al partido entre los Indios y los Cangrejeros.

“Esta liga ha significado mucho para mí. Esta liga fue parte clave de mi desarrollo. Jugué 10 años en la liga, desde que estaba en las ligas menores hasta que me establecí en las Grandes Ligas y creo que jugar aquí me ayudó a destacarme en las Grandes Ligas”, agregó el doradeño, quien siempre jugó en Puerto Rico para la franquicia de San Juan, primero los Metros y luego los Senadores.

“La liga también ha sido muy importante para otros peloteros puertorriqueños y espero que siga la liga ayudando a desarrollar a los peloteros jóvenes que están subiendo ahora. Sé que la liga en los últimos años ha entrado en unas transiciones, pero espero que la liga dure y esté muchos años”, dijo el número 11 de los Marineros de Seattle, quien el pasado verano fue exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.

Martínez, quien debutó en las Mayores en el 1987, vio acción por primera vez con San Juan en la temporada 1984-85. En el 1989-90 fue campeón bate con promedio de .424, siendo el primer jugador en varias décadas en batear sobre .400 en el torneo. En esa temporada compartió el premio de Jugador Más Valioso con su compañero de los Senadores Carlos Baerga.

Ya consolidado como estrella en las Mayores y con un título de bateo en la Liga Americana, Martínez volvió a batear sobre .400 en el 1993-94 cuando bateó para .418 en el primero de dos campeonatos seguidos de los Senadores.  En la temporada siguiente, fue parte del recordado ‘Dream Team’ de Puerto Rico que arrasó en la Serie del Caribe en el Bithorn en la que bateó para .370.

Su décima y última campaña en la pelota invernal fue en el 1995-96 y se mantuvo en las Mayores hasta el 2004.

“En la época que jugué habíamos un grupo de peloteros que, aunque ya estamos establecidos en las Grandes Ligas, siempre jugábamos en la liga invernal. Ahora eso ha cambiado un poco y también el juego ha cambiado, ya no se toca mucho como antes, no se usa tanto el ‘hit and run’ pero en general el béisbol es béisbol”, dijo Martínez al comparar la época en la que jugó en la Isla con la actual.

En San Juan, con los Metros, Edgar tuvo de compañero de equipo a Dave Martínez quien el mes pasado fue el dirigente campeón con los Nacionales de Washington en las Grandes Ligas. Fue la segunda temporada seguida en que un boricua lleva a su equipo a ganar la Serie Mundial. En el 2018, lo hizo Alex Cora con los Medias Rojas de Boston.

“Estoy muy contento por él, es un éxito bien merecido. Siempre desde pelotero, David estudiaba el juego y le ha pagado mucho en su carrera como dirigente”, sostuvo Martínez quien reside en Seattle y que está visitando la Isla por segunda vez desde que fue exaltado al Salón de la Fama.

“Vine primero por corto tiempo, pero esta es la vez que más tiempo voy a estar, que me quedaré hasta el martes. En Seattle he estado ocupado con varias actividades y también yo trabajo para el equipo todavía, así tengo unos compromisos con el equipo (los Marineros), pero ya todo se está calmando, ya más tranquilo y la vida más normal”, agregó sobre cómo ha sido su vida en los cinco meses desde su exaltación.

Martínez, quien hasta el 2017 fue instructor de bateo de los Marineros, también resaltó el buen momento que vive el béisbol puertorriqueño, particularmente en este momento con sus dirigentes. Con la contratación de Carlos Beltrán para dirigir a los Mets de Nueva York, serán cuatro los mentores boricuas en el 2020. Charlie Montoyo irá a su segunda temporada al frente de los Azulejos de Toronto.

“Es algo que nos alegra y llena de orgullo el que los puertorriqueños se sigan destacando en las Grandes Ligas, ya sea como peloteros, como coaches y ahora como dirigentes. Muy contento por Beltrán, Alex Cora, David, Charlie Montoyo y otros expeloteros puertorriqueños que también se están desarrollando como dirigentes”.

Martínez fue instructor de bateo de los Marineros hasta el 2017 y dijo que no contempla retornar a trabajar uniformado a tiempo completo.

“Hasta ahora, es una etapa que pasó. Pero uno nunca sabe. El béisbol está en mi sangre. Ahora mismo, me disfruto lo que estoy haciendo, porque estoy con el equipo part time, voy al parque cuando el equipo está en la ciudad y ayudo con los peloteros, pero no es full time”.

En su brillante carrera en las Mayores, Martínez logró dos campeonatos de bateo, un promedio de por vida de .312, cinco Bates de Plata y fue seleccionado siete veces para el Juego de Estrellas. El premio que se otorga anualmente al mejor bateador designado lleva su nombre. En julio, se convirtió en el quinto boricua inmortalizado en Cooperstown junto a Roberto Clemente, Orlando ‘Peruchín’ Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez. 

Rodríguez fue parte de la ceremonia inaugural en el Bithorn junto a otro inmortal, el cubano-boricua Tany Pérez. La temporada también le fue dedicada al Equipo Nacional de béisbol de Puerto Rico que ganó medalla de oro en los pasados Juegos Panamericanos en Lima.