CLEVELAND. Francisco Lindor echó de menos los detalles más insignificantes. También los grandes momentos.

“Todo por igual”, destacó sobre lo que echó de menos.

Descartado para los primeros 18 juegos de la campaña luego de  sufrir una torcedura del tobillo izquierdo al correr las bases cerca del final de la pretemporada, justo cuando completaba la rehabilitación de una dolencia en la pantorrilla derecha, el campocorto de 25 años  tildó de muy difícil estar alejado de sus compañeros y de las vivencias de la temporada.

“Perderme los vuelos. Perderme el arribo al hotel, el que te den la llave de la habitación, ver a dónde ir a comer”, dijo Lindor. “Lo eché de menos. Extrañé a mis compañeros, el solo jugar. Extrañé las cosas que pasan en un juego. Es un honor. Es un privilegio estar saludable. Es una bendición, y no lo tomo a la ligera. Solía tomar la salud a la ligera. No más”.

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Lindor, quien ya el domingo en lanoche conectó su primer jonrón del año, un señor batazo a lo derecho ante el zurdo de los Bravos de Atlanta Max Fried, se espera de un gran impulso a los Indios, que por suerte jugaron para marca de 11-7 sin él en el inicio de la campaña.

El piloto Terry Francona está muy feliz de tenerlo de vuelta.

“Es uno de los mejores jugadores del béisbol”, dijo Francona. “Hace la diferencia en todo: el camerino, las bases, el campocorto, la caja de bateo”.

Francona procurará ser cauteloso con Lindor, dándole la oportunidad de recuperar fuerzas.

Para abrirle espacio en la novena, los Indios pusieron en asignación al toletero Hanley Ramírez, a quien habían adquirido durante el invierno para intentar cubrir las salidas de Michael Brantley, Edwin Encarnación y Yonder Alonso. El dominicano de 35 años bateaba para .184 (9 hits en 49 turnos) con dos jonrones y ocho remolcadas.

Los Indios y Lindor vuelven a juego esta noche, en casa, ante los Marlins de Miami.