Su historia comenzó en el barrio, por eso cuando tiene oportunidad, Edwin “Sugar” Díaz siempre vuelve a casa para recargar baterías, llenarse de buenas vibras y recordar de dónde salió.  

A sus 22 años, este joven lanzador de los Marineros de Seattle mantiene su temple humilde y sus pies bien puestos sobre el suelo. No se olvida de la tierra que lo vio nacer, ni de quiénes le ayudaron cuando solo era un niño lleno de sueños.

“Cuando se acaba la temporada me gusta venir a mi pueblo y estar en Daguao porque aquí vive casi toda mi familia y la gente siempre está pendiente de mí.  Eso me hace sentir su apoyo”, sostuvo.  

Y es que al igual que su vida, sus primeras historias en el deporte fueron en su natal Naguabo. 

“Empecé como a los 7 años y tuve el apoyo de mucha gente, pero quienes me llevaron al parque fueron mis padres”, explicó el pelotero quien en su infancia jugó como jardinero central. 

No es hasta los 15 años cuando Díaz optó por cambiar de posición, entonces los escuchas comenzaron a seguirle los pasos.   

“Fue en ese momento cuando entendí que tenía oportunidad de lograr mi sueño que era firmar. Me motivé cuando mi primo, José Meléndez, jugó Grandes Ligas (1994). Así fui viendo cómo era eso y me lo propuse desde entonces porque quería ayudar a mi familia”, dijo. 

“Sugar” fue seleccionado en la tercera ronda del sorteo de novatos del 2012 y su debut en Las Mayores se dio el 6 de junio de 2016.  En su primera temporada, culminó con récord de 0-4 con 18 juegos salvados en 21 oportunidades.  Consiguió propinar 88 ponches en 51.2 entradas y logró una efectividad de 2.79.  Incluso, el naguabeño logró 11 ponches consecutivos con lo que batió el récord de Randy Johnson de 10 ponches para Seattle. Pero, según Díaz, nada de esto cambia la esencia de quien es. 

“¡No he cambiado en nada!  Sigo siendo el mismo chamaquito de siempre. No porque estoy en Grandes Ligas  voy a dejar de compartir con la gente que me vio crecer.  Soy agradecido y siempre seré el mismo”, afirmó.

Ahora, Díaz está enfocado en prepararse para llegar hasta el final de la temporada y poder llenar aquellas áreas de juego que pueden ser claves en su desempeño.  

“Este año he estado trabajando en mi fortalecimiento y en el cambio de velocidad. Al añadir más lanzamientos a mi repertorio, se les hará más difícil a los bateadores enfrentarse a mí. Espero que esta temporada sea mejor que la pasada, ya que tuve percances al final porque me sentía cansado.  Este año hemos trabajado para poder apretar en la recta final. Creo que voy a tener una mejor temporada porque tenemos mejor equipo y eso me puede ayudar a salvar más juegos”, sostuvo.