El campocorto Carlos Correa dijo la pasada semana que la prohibición del ‘defensive shift’ impuesta por Major League Baseball (MLB) le ayudará a volver a realizar “jugadas hermosas”, porque le devolverán la capacidad de volver a desempeñarse como un atleta sobre el terreno.

La estrategia de mover jugadores de la defensa hacia el lado del diamante para el cual un bateador conecta con más consistencia, el ‘defensive shift’ tal y como la conocemos, está en sus últimos días durante la postemporada de MLB, que recientemente anunció cambios a sus reglas para prohibirlo a partir de la temporada del 2023, así que, si le gusta, gócese estos últimos días.

“A mí me gusta ese cambio”, dijo el exinfielder puertorriqueño José ‘Tony’ Valentín, quien jugó en una época (1992 al 2007) en el que esta estrategia no era tan ampliamente utilizada. “A mí me gustaría que se volviese a jugar como antes, con el instinto del jugador, de la manera en que el pelotero lo sienta, no como un ‘scout’ o una computadora te digan. Lo veo positivo”.

En su era, aunque no era algo tan común como hoy, Valentín recordó que llegó a jugar en ‘shift’ durante la fase final de su carrera, cuando militó con los Mets de Nueva York.

“Cuando jugaba segunda (con los Mets) contra San Francisco, le jugaba a mitad del ‘right field’ a Barry Bonds. Pero no era una cosa tan frecuente como ahora”, recordó.

El ‘defensive shift’, táctica con la que se pueden mover a jugadores del infield como la tercera y el siore hacia el lado derecho de segunda base y hasta tener cuatro jardineros, no nació hace poco.

Es utilizada mayormente contra los bateadores de poder zurdos que halan la pelota hacia la banda de primera base y existen descripciones de la década de 1920, hace un siglo, de que se utilizó contra el jardinero zurdo de los Cubs y de los Phillies, Cy Williams, en un intento por disminuir su ofensiva.

Durante la Serie Mundial del 1946 los Cardinals de San Luis crearon el ‘Ted Williams shift’ para tratar de contener al legendario bateador de los Red Sox de Boston. Décadas más tarde se utilizó contra jugadores como David Ortiz, Bonds, Jim Thome y Fred McGriff entre otros.

“Yo soy vieja escuela. Antes había siempre dos jugadores a cada lado de segunda base. Ahora mueven tres y hasta cuatro hacia el lado derecho de la segunda base”, observó el respetado exjugador y dirigente, Mako Oliveras.

“El mayor problema que yo veo es que los bateadores no aprovecharon eso tocando la bola o tratando de batear para el otro lado (por tercera) porque lo que quieren son cuadrangulares”, dijo Oliveras.

En su enorme caudal de experiencias, por supuesto que a Oliveras no le faltan algunas con el ‘shift’.

“Con quien yo primero hice eso (‘shift’) fue con José Antonio Pagán en los Vaqueros de Bayamón. Él me mandaba para el ‘right field’. La gente decía ‘mira… que van a tocar la bola’, y yo les decía ‘pues que la toquen’. Eso viene desde hace mucho tiempo. Lo que pasa es que antes no era tercera, siore y segunda y todo el mundo en el mismo lado de segunda base. Pero al final, creo que eso está bien para el béisbol y para la ofensiva”.

Oliveras piensa que con el uso del ‘shift’, muchos batazos que debieron haber sido hits se convirtieron en outs. Que afectó la ofensiva.

“Y como ahora la teoría es o te ponchas o das jonrón, los bateadores no aprovecharon para tocar por tercera (usualmente descubierta en el shift) o quedarte un poco atrás en el ‘swing’ para batear por el siore. El béisbol moderno no cree en eso”.

Oliveras no se equivoca.

El promedio de bateo en MLB, según Baseball Reference, que en 2015 fue de .254 y un año después fue de .255, se redujo a .248 en 2018, a .245 en 2020, y a .244 en 2021. Este año fue de .243.

De acuerdo con datos de Sports Illustrated, el uso del ‘shift’ en el 2015 estuvo en efecto en alrededor de un 10% de los pitcheos realizados. En la campaña regular de 2022, estuvo en efecto en el 37% de los pitcheos, el mayor porcentaje más alto visto. En la de 2021 fue de 31% y en la de 2020 llegó a 35%. En 2019 estuvo en alrededor de 25% y en el 2018 cerca pero por debajo del 20%.

Así que los números parecen probar que el ‘shift’ funciona.

“El ‘shift’ tiene sus cosas a favor y en contra. El juego de ahora ha cambiado todo hacia las estadísticas y los porcentajes. Se mide si los bateadores halan la bola y eso se usa como estrategia”, agregó Valentín, quien trabajó hasta el pasado año con la organización de los Tigers de Detroit.

“Incluso hay muchos lanzadores que no estaban de acuerdo con el ‘shift’ porque no se tomaba en cuenta la manera en que le gusta lanzar al pitcher. No todos los pitchers tienen un tubo para lanzar la bola donde ellos quieren y fallan en la localización”, agregó Valentín, quien pronosticó que se verán más sencillos y la logística de los lanzadores al lanzarle un bateador deberá ajustarse y las estadísticas.

El coach del banco de la filial de los Red Sox de Boston a nivel AAA, José David Flores, también tiene dudas intrigantes.

“Desde el punto de vista analítico será interesante ver cómo van a decidir la posición de los infielders los que están a cargo de eso. Los jugadores tienen que estar dos en cada lado de la segunda base, pero se pueden mover tan pronto el pitcher suelta el pitcheo, pero eso no te va a dar mucho tiempo para ir muy lejos”, manifestó.

Flores, quien ha estado en las organizaciones de Baltimore, Cubs de Chicago y Phillies de Filadelfia, opinó que el cambio de regla provocará aumentos de promedio, de ‘on-base percentage’, de OPS y ‘slugging’, lo que opina que está bien para los bateadores.

Creo que se hizo con el propósito de dar un mejor espectáculo ofensivo. Los bateadores estaban teniendo problemas haciendo ajustes para tratar de tener más control en el ‘swing’ para buscar los huecos. A otros no les ha hecho daño como tal”, relató.

“A la gran mayoría de los muchachos que vienen subiendo se les ha hecho bien difícil ajustarse y el no permitir los ‘shifts’ les ayudará a mejorar sus números, que según encuestas es lo que le gusta ver al fanáticos: los hits, los dobles, los jonrones. Todo sea por el disfrute del fanático”, terminó Flores.