Florida. El jardinero puertorriqueño Carlos Beltrán regresa a los Astros de  Houston,   con 12 años más de experiencia, a hacer lo mismo que  un  núcleo de jugadores veteranos  le enseñaron allí cuando perteneció al equipo por primera vez luego de un cambio  en la segunda parte de la temporada de 2004. 

Beltrán quiere aportar su grano de arena para ayudar a los Astros a alcanzar otra postemporada al tiempo que le enseñará a los más jóvenes a  cómo mantener el deseo por el juego  intacto, igual  a su primera temporada en las Grandes Ligas.

El manatieño firmó esta semana con los Astros un contrato  por un año y $16 millones luego de un cortejo que incluyó a otros cuatro equipos. 

“La diferencia de Houston y otros equipos era que para Houston yo era prioridad dentro del equipo.  Yo era una parte importante en ese camerino con los peloteros jóvenes que ellos tienen”, dijo Beltrán a Primera Hora en su oficina en la academia de béisbol que lleva su nombre en el municipio de Florida.

“Al final del día, Houston me brindaba la oportunidad de competir a un nivel alto. Cuando tu miras el roster de Houston, tú ves  todos estos peloteros jóvenes, que  son peloteros  de alto calibre. Entiendo que somos  un equipo contendor, no por la firma mía  sino porque han hecho otros movimientos también”, prosiguió.

En efecto, los Astros han fortalecido  su alineación con las adquisiciones  del receptor Brian McCann en un canje con los Yankees de Nueva York y la firma del jardinero Josh Reddick en la agencia libre.  Además, se rumora que la gerencia del equipo  también busca fortalecer su cuerpo monticular.

Sin embargo, el retorno a Houston tiene también una carga emocional para Beltrán.  Implica regresar al lugar donde cobró conciencia que el trabajo duro  y la dedicación es lo que te mantiene por más tiempo en el diamante.

“Cuando a mí me cambian para Houston,  yo tengo 27  años de edad, estaba con los Reales y no había tenido la oportunidad de estar en los playoffs. Cuando entro a Houston tengo la oportunidad  de  jugar con  Lance Berkman,  Andy Pettite, Craig Biggio y Roger Clemens.  Verlos a ellos  de la manera en que trabajaban me impactó positivamente y eso lo apliqué a mi carrera. Biggio fue fundamental.  Aprendí muchas cosas porque es tremendo compañero de equipo, es un jugador fogoso e increíble. Podíamos estar perdiendo 10-0 y el hombre siempre estaba motivando al equipo”, recordó Beltrán. 

“Son cosas que cuando tu eres joven no las entiendes, pero que ahora estoy en este punto de mi carrera, con 39 años,  uno las entiende.  Estoy en busca de un campeonato. Quiero estar en un equipo que me dé esa oportunidad. Ahora, me toca a mí ayudar a esos muchachos jóvenes, prepararlos, enseñarles y compartir con ellos mi experiencia y lo que he vivido en  mi vida como pelotero”, continuó.

Beltrán es uno de los jugadores más consistentes en las Grandes Ligas y ahora le tocará estar con figuras que están despuntando en el béisbol como lo son  el campocorto santaisabelino Carlos Correa, el jardinero de ascendencia puertorriqueña George Springer y el segunda base venezolano José Altuve.   

En 19 temporadas en las Mayores, Beltrán  ha acumulado promedio de bateo de .281 con 2,617 hits, 421 cuadrangulares, 1,536 carreras remolcadas  y 312 bases robadas. Sus números lo perfilan hacia a  ser un fuerte candidato para entrar en el  Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown.

El plan para la próxima temporada está trazado. 

Beltrán  espera poner los mismos números que tuvo este año cuando bateó para promedio de .295 con 29 jonrones y  93 remolcadas en una participación dividida entre los Yankees y los Vigilantes de Texas.  

“Espero  hacer lo mismo. Trabajo para  ser consistente. Trabajo duro porque me preparo bien, porque  no tomo mi trabajo a relajo. Mi trabajo es serio, es lo que me ha llevado a ser el pelotero que soy.   Sé que la edad significa mucho en el juego, pero yo no pienso como la gente. Yo me dejo llevar por el sentir de mi cuerpo. Me siento bien físicamente y tengo el deseo de competir como si estuviera  en mi primer año en  las Grandes Ligas”, aseguró Beltrán mostrando su   intensa pasión  por el juego. 

“Es lo que yo he hecho toda mi vida, jugar béisbol. Esto me apasiona no tan solo en el aspecto personal. También me apasiona en el aspecto de cómo yo impacto a mis compañeros, como impacto mi vida y la de otros”, explicó Beltrán.   

“Salgo al terreno de juego y tengo una responsabilidad no solo para mí. Yo tengo esta escuela, represento a mis estudiantes, represento a Puerto Rico y represento a mi familia. Quiero que mi familia se sienta orgullosa de mí. Quiero que  Puerto  Rico se sienta orgulloso de mí y que mis estudiantes se sientan orgullosos de mí. Cuando yo analizo las cosas que yo represento, eso me motiva más a trabajar duro y la pasión la tengo intacta”.