Carlos Correa y los Astros de Houston comenzaron a hacer ruido en la postemporada de MLB tras superar el escándalo de robo de señales y los tropiezos en la temporada regular.

El campo corto puertorriqueño aportó un cuadrangular que quebró un empate en la séptima entrada para que los subcampeones de la Serie Mundial de 2019 eliminaran a los monarcas de la División Central de la Liga Americana el miércoles 2-1 en el segundo juego de la serie de comodines.

Houston ganó el primer encuentro 4-1 y ahora espera el resultado de la serie entre los White Sox de Chicago y los Athletics de Oakland para jugar la serie divisional en el Dodger Stadium, sede neutral debido a la pandemia del COVID-19.

“Sé que muchas personas están molestas. Sé que muchos no nos quieren ver aquí pero, ¿qué van a decir ahora? Somos un equipo sólido, jugamos buen béisbol y ganamos una serie en la carretera, en Minnesota. ¿Qué van a decir ahora?”, dijo Correa en conferencia de prensa después del encuentro.

“Tenemos un equipo sólido. Demostramos que podemos ganar partidos, series contra grandes equipos, y eso fue lo que demostramos. Demostramos que merecemos respeto", expresó antes en una entrevista en el terreno.

Después de ganar más de 100 juegos en las últimas tres campañas, conquistar la Serie Mundial en 2017 y perder el campeonato el año pasado contra Washington, los Astros entraron a la postemporada como el sexto sembrado de la Liga Americana y una marca perdedora de 29-31 bajo el nuevo dirigente Dusty Baker.

Antes, el equipo despidió al piloto A.J. Hinch y al gerente general Jeff Luhnow tras la investigación de las Mayores por el robo de señas en 2017. La novena perdió turnos de primera ronda para los futuros sorteo y fue multado por $5 millones.

Contra los Twins, lucieron como si no hubiera pasado nada.

“Dije antes de esta serie que la experiencia que tenemos en la postemporada y por todo lo que hemos pasado en los últimos años nos va a ayudar y así fue. Estamos calmados y concentrados y lo demostramos ganando la serie”, indicó Correa.

El santaisabelino de 26 años desapareció un ‘slider’ con conteo de 1-0 frente al relevista perdedor Cody Stashak que cayó sobre las lonas de los asientos entre el derecho y el central, su duodécimo jonrón en 52 juegos de postemporada. Terminó la jornada de 4-2.

“Me sentí bien. He trabajado en alguna cosas para poder hacer contacto con la pelota de nuevo. En la última serie contra Texas estaba buscando el ritmo y pudo traer para esta serie. Fue enorme”, expresó.