Arlington, Texas. Los dirigentes de las gradas se llenaron de felicidad cuando el nombre de George Springer comenzó a mencionarse como uno de los posibles ocupantes de los jardines para Puerto Rico en el Clásico Mundial de Béisbol. Pero también hay otros que no aseguran que pueda estar presente en la edición del 2023 en uniforme boricua.

La realidad es que el patrullero central de los Blue Jays de Toronto ha tenido problemas de lesiones y dolencias en el 2022, principalmente incluso en su brazo de tirar. Esta fue la razón que el hijo de una utuadeña no quiso establecer una seguridad de vestir la camiseta nacional, ya que aún no sabe si físicamente podrá estar listo para marzo, cuando se celebre en Miami toda la acción para Puerto Rico en la fase preliminar, al igual que la segunda y las finales del evento mundialista.

Las estadísticas recopiladas por Springer en el 2022, quien recientemente cumplió 33 años, están por debajo de su promedio de por vida en su carrera en las Grandes Ligas. Este año batea para .269 con 25 cuadrangulares, y ha remolcado 76 carreras con 89 anotadas en 132 encuentros participados, recibiendo la distinción de su cuarto Juego de Estrellas. En su carrera, además, ha sido nominado en tres ocasiones para el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana, y fue parte del equipo campeón de los Astros de Houston en el 2017, en el que fue elegido el MVP de la Serie Mundial.

Uno de los que fue tímido a la hora de hacer un pronóstico sobre la participación de Springer por Puerto Rico en el próximo Clásico Mundial de Béisbol lo fue el lanzador José Orlando Berríos, su compañero de equipo en Toronto. El tirador ha sido testigo de los contratiempos que ha tenido Springer en la campaña, razón por la cual fue reservado al comentar del tema.

“Realmente es grande, y se ha mencionado el tema. Hemos hablado con él, y no solamente es por Puerto Rico, pero en un principio él mencionó no jugar el Clásico. Ha batallado con muchas lesiones”, explicó el lanzador sobre la condición de Springer.

De hecho, todos los días de juego el jardinero es atendido por los fisioterapeutas del equipo para darle terapias antes de cada partido. Primera Hora fue testigo de esto ya que en una reciente serie ante los Rangers de Texas en el Globe Life Field, Springer no salió a las prácticas de bateo y fildeo como lo hicieron sus demás compañeros.

George Springer incluso está pendiente a una posible operación en la temporada baja.
George Springer incluso está pendiente a una posible operación en la temporada baja. (Archivo)

“Tiene razones de cómo sentirse así y no queremos que sea así. Nadie quiere sentirse mal y con dolores, pero es parte del proceso de este deporte”, analizó Berríos.

Incluso el tirador se atrevió a compartir que Springer ha dicho “que no estaría dispuesto a jugar en ese momento para el Clásico que es en marzo. Para su condición, es muy temprano para jugar”, detalló.

Hubo otras personas que comentaron, sin querer ser mencionados, y también pronosticaron que Springer no jugará en el Clásico, ni por Puerto Rico, y tampoco por Estados Unidos por el cual también tiene derecho a representar por ser nativo del país.

“Lo veo difícil por su condición de salud. Él está jugando con mucho dolor y sacrificio, y yo dificulto que pueda ver acción en el Clásico. Lo que han dicho por ahí es pura ilusión, pero la realidad es que no lo veo jugando”, dijo una persona bajo condición de anonimato.

De hecho, Springer pudiera tener otra dificultad para el 2023. Se menciona de una posibilidad de que tenga que ser sometido a una cirugía de su codo, lo que sacaría de carrera y acción al jardinero hasta los campos de entrenamiento primaveral, e incluso hasta podría estar fuera en los primeros meses de la próxima temporada de las Mayores. En agosto había sido enviado por 10 días a la lista de incapacitados, precisamente por las molestias que han sido señaladas por personas de la organización.

En declaraciones realizadas al portal TAB Deportes, Springer dijo sentirse bien. Pero al momento de preguntársele si estaba disponible para ver acción en el WBC, manifestó haber “tenido conversaciones preliminares en cuanto a eso, pero tengo que ver cómo está mi cuerpo y como me siento, por lo que tomaré la decisión cuando esté más cerca”, explicó.

También está claro de la euforia que creó el Team Rubio en el 2017, y las expectativas para el 2023, ya que “conozco varios de los peloteros que van a jugar, y hemos hablado un poco del asunto, pero tengo que estar seguro de cómo va a estar mi cuerpo. Mi compromiso primero es con los Toronto Blue Jays, así que veremos que ocurre y de ahí partiremos. Adoro mi herencia y he estado en Utuado unas cuantas veces, de dónde es mi madre, y quiero mucho a Puerto Rico y siempre agradezco el apoyo de la fanaticada”, resaltó el patrullero central.

Como veterano al fin, también Springer, quien está en su novena temporada en las Mayores, deberá estar pensando en su futuro y no una competencia internacional. El también esposo de Charlise Castro, que representó a Puerto Rico en la octava edición del Clásico Panamericano de Sóftbol Femenino celebrado en el 2013 en la ciudad de Guaynabo, está en su segunda temporada del contrato firmado en el 2021, con duración de seis años y con valor de 150 millones, el cual vence al concluir la campaña del 2026.