“Mi gente de Dorado, y mi barrio de Maguayo, un abrazo. Mi historia es sencilla: criado en barrio, rodeado de gente humilde con buenas intenciones. Yo me beneficié de la calidad de seres humanos que viven en el barrio  Maguayo, de Dorado, Puerto Rico. Los quiero mucho y nos vemos pronto”, expresó en español Martínez al iniciar su discurso como nuevo miembro del recinto de los inmortales en Cooperstown mientras era vitoreado por miles de fanáticos de Puerto Rico y de Seattle que hicieron el viaje hasta esta ciudad y coreaban ¡Edgar! ¡Edgar!

Martínez, quien creció idolatrando a Roberto Clemente, emuló así al ‘Astro Boricua’, quien en su momento cumbre tras ganar la Serie Mundial con los Piratas de Pittsburgh en 1971, dedicó unas palabras en español a su familia y su país.

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Y, precisamente, fue esa Serie Mundial la que despertó el interés de Edgar en el béisbol siendo un niño y así lo manifestó ante los presentes en el Clark Sports Center, sede de la ceremonia celebrada bajo un candente sol.

Martínez, quien tuvo el cuarto turno en la ceremonia detrás de Mike Mussina, Brandy Halladay (viuda de Roy Halladay) y Harold Baines, y antes de Lee Smith y Mariano Rivera, reconoció a su familia mencionado a su madre, hermana y hermano, a su esposa, sus dos hijas y su hijo y a sus abuelos, que lo criaron y le inculcaron “el trabajo fuerte, el respeto y la disciplina”.

En su discurso, el famoso número 11 de los Marineros, se transportó al 1983, al momento en que fue firmado  por el escucha Manny Martínez.

“Manny Martínez, falleció hace unos años y yo hubiese querido que estuviera aquí. Él fue el escucha que me firmó y vio algo en mí que otros no vieron. Yo no era un bateador de poder típico, pero usaba todo el terreno. Yo no tenía mucho alcance, pero hacía las jugadas; no tenía un cañón por brazo, pero era certero. Manny vio consistencia y potencial. Gracias Manny”, expresó Edgar al agradecer también a su primo Carmelo, exjugador de Grandes Ligas.

“Carmelo Martínez, mi primo. Es como mi hermano. Él firmó primero que yo y fue una gran influencia en mi carrera. Cuando me ofrecieron el contrato yo no iba a firmar, iba a seguir estudiando y jugando los fines de semana. ¿Por qué arriesgar lo que tenía por $4,000 (bono que recibió para firmar como profesional)? Pero Carmelo me convenció y me dijo ‘tu puedes hacerlo’. Lo discutimos y él ganó. Gracias Carmelo, eres uno de los responsables de que yo esté aquí”.

Martínez, quien es el quinto boricua exaltado en Cooperstown junto a Clemente, Orlando ‘Peruchín’ Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez, también tuvo palabras para sus compatriotas inmortales del béisbol y para el único cubano imortalizado que fue adoptado por Puerto Rico.

“Mis hermanos Roberto Alomar, Ivan Rodríguez y Orlando Cepeda, como puertorriqueños es un honor tener mi placa en el Salón con la de ustedes. Tany Pérez, tú fuiste uno de mis héroes cuando jugaste con los Cangrejeros”, dijo Martínez mencionando a tres inmortales presentes en la ceremonia. Cepeda no pudo hacer el viaje desde San Francisco por su condición de salud.

Martínez además incluyó en su mensaje a los otros cinco exaltados en la clase 2019.

“Mariano, yo cambiaría todos mis hits por mi último turno de los playoffs de 2001, que con el juego en la línea, me sacaste de out”, dijo Edgar sobre la eliminación de los Marineros en la Serie de Campeonato ante los Yankees en una temporada en la que Seattle estableció un récord de victorias.

“Harold Baines, tu fuiste uno de los mejores bateadores en el ‘clutch’ (momento clave) que haya visto. Lee Smith, fui muy afortunado de no haberme enfrentado a ti”, dijo arrancando la risa de los presentes.

“Mike Mussina, tu fuiste uno de los lanzadores más difíciles para descifrar y a la familia Halladay, felicidades y llevamos a Roy en el pensamiento”, prosiguió Martínez mencionando al ex lanzador de los Azulejos y los Filis quien falleció en el 2017 en un accidente aéreo.

Martínez, un dos veces campeón de bateo, cinco veces ganador del Bate de Plata y siete veces Todos Estrellas, incluyó en su mensaje a algunos ex compañeros que significaron mucho en su carrera.

“Harold Reynolds, Alvin Davis y Dave Valle, gracias por haber sido mis mentores cuando llegué a las Grandes Ligas. Lou Piniella (exdirigente), tu significaste mucho en mi carrera. Me encantaba hablar de bateo contigo. Eres muy especial y espero que recibas la llamada (al Salón de la Fama) pronto. Te lo mereces”, expresó Edgar mencionando también a otros ex Marineros como Jay Buhner, Randy Johnson y Ken Griffey Jr., de quien agradeció sus expresiones de apoyo para que fuera electo a Cooperstown en su discurso en esa misma tarima hace unos años cuando fue exaltado.

El boricua envió también un mensaje a la fanaticada de los Marineros y la gente de Seattle donde reside hace décadas.

“Fanáticos de Seattle, gracias por siempre estar ahí para mí. Desde 1987 me han dado su apoyo incondicional. Son los mejores. Fui my afortunado de estar con ustedes hasta el fin de mi carrera. Los amo”.

Martínez cerró su discurso de 12 minutos y cinco segundos, con un testimonio de lo que fue su carrera desde que firmó y todo lo que tuvo que luchar hasta establecerse en las Mayores y la segunda batalla que tuvo que dar para que finalmente se hiciera justicia y fuera electo a Cooperstown en su décimo y útimo año de elegibilidad.

“Este es un día que yo nunca pensé que iba a ocurrir cuando crecía en Pueto Rico o cuando estaba en las ligas menores pensando cuando mi oportunidad iba a llegar. Y honestamente hubo momentos en los últimos 10 años en que no estaba seguro que iba a llegar. Así que gracias de nuevo a todos los que tuvieron que ver con hacer ese sueño realidad. Estoy muy agradecido y orgulloso. Gracias”, finalizó Martínez recibiendo otra ovación de los presentes.