El adiós de un caballero: Mike Lowell
Mike Lowell confirmó hace dos días que se retirará al finalizar esta temporada.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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Mike Lowell no llegó a los 2,000 imparables ni a las 1,000 carreras empujadas en su carrera. Bateó sobre .300 en sólo una campaña y superó los 30 jonrones sólo una vez.
Pero las estadísticas nunca lo dicen todo y, en el caso de Lowell, el resto de la historia revela a un jugador que superó un sinnúmero de lesiones e inclusive un cáncer testicular para tener una larga carrera en la que se distinguió como un líder y un ganador.
Lowell, nacido en Puerto Rico de padres cubanos y criado en Miami, comenzó su trayectoria en las Mayores con los Yanquis de Nueva York, novena para la cual jugó ocho partidos en septiembre del 1998. El boricua impresionó tanto, si no con su bate, con su carácter, que los Yanquis le concedieron una sortija de Serie Mundial ese año, a pesar de que no jugó en la postemporada.
El año siguiente, Lowell se aprestaba para comenzar su carrera de lleno con los Marlins de Florida cuando le diagnosticaron cáncer testicular. Afortunadamente, el pelotero respondió bien al tratamiento y volvió al diamante luego de dos meses con una nueva perspectiva sobre el béisbol.
“Creo que esa situación con el cáncer que enfrenté en mi primer año, y luego cuando (los doctores) pensaron que lo tenía otra vez en el 2003 me ayudó a apreciar realmente las cosas”, comentó recientemente Lowell al Boston Herald.
Cuando finalmente jugó su primera campaña completa en el 2000, Lowell bateó .270 con 22 jonrones y 91 carreras impulsadas, y comenzó a establecerse como uno de los mejores jugadores en las Mayores defendiendo la esquina caliente. Lowell ganó el Guante de Oro en el 2006 y se lo mereció en varias ocasiones; de hecho, el puertorriqueño se retirará como el tercera base con el mejor porcentaje de fildeo (.974) en la historia.
Pero el legado de Mike Lowell será el rol protagónico que tuvo en los equipos campeones de Florida, en el 2003, y, sobre todo, los Medias Rojas de Boston en el 2007. Con este último, tuvo la mejor campaña regular de su vida, con promedio de .324 y 120 remolcadas, y se creció en los playoffs rumbo a convertirse en el primer boricua desde Roberto Clemente en ser nombrado el Jugador Más Valioso de una Serie Mundial.
Gracias a esos logros, Lowell puede retirarse contento con la carrera que tuvo.
“Me hace superfeliz poder decir que mi trabajo fue jugar béisbol. Es lo que quise desde que tenía seis años y haber tenido esa oportunidad ha sido increíble”.