Un pase de por vida a los partidos de las Grandes Ligas es un sueño que muchos quisieran alcanzar, pero que los fanáticos no pueden obtener.

El Lifetime Pass es un privilegio que viene acompañado por una tarjeta dorada,  un privilegio que está reservado para cualquier jugador, dirigente, coach o árbitro con al menos ocho años de experiencia en las Grandes Ligas. En el caso de personal de  la oficina –en el que están incluidos gerentes generales y el personal de mercadeo y  relaciones públicas– se necesitará tener 25 años de servicio.

Un año de servicio  para los jugadores es equivalente a 172 días en el róster de 40 peloteros.

“Es chévere esta pequeña recompensa  luego de muchos años de largo trabajo y  tener la oportunidad de pasar tiempo en las Grandes Ligas”, aseguró el jugador del cuadro Jay Bell a thepostgame.com sobre la tarjeta dorada que incluye tener un acompañante.  

Habitualmente, las Grandes Ligas envía los pases de forma individual a las casas o a los clubhouses de los equipos a los que pertenecen aquellas personas que son elegibles.

Para entrar a los juegos, la persona tiene que pasar por la ventanilla VIP de cada estadio y mostrar la tarjeta. Sin embargo, la  tarjeta no puede usarse durante la postemporada y el fin de semana de actividades del Juego de Estrellas.

Se desconoce el lugar exacto donde se sientan las personas con el pase, aunque una fuente de thepostgame.com aseguró que estaban ubicados en alguna área detrás del plato.