Pudo haber sido un poco de cansancio físico o hasta mental lo que sintieron los Gigantes de Carolina el martes en el primer partido de la serie final de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC), en el que vieron una ventaja de 3-2 convertirse en una desventaja de 5-3 debido a un pelotazo y dos lanzamientos salvajes.

Carolina, que el lunes batalló para derrotar en un reñido partido a los Cangrejeros de Santurce y pasar a la final, utilizó el lunes a sus mejores lanzadores de relevo, como era de esperarse en un séptimo choque. Pero el resultado fue que ni José Fuentes, ni Miguel Romero, ni José Espada estuvieron disponibles para el martes.

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El dirigente de los Gigantes, Edwards Guzmán, dijo que, aunque el partido del lunes ante Santurce fue intenso, no cree que haya tenido un efecto adverso sobre su equipo en el inicio de la serie final.

“No diría. Hay que darle crédito a los lanzadores de ellos, especialmente del bullpen. Aparte del pitcheo que Dereck (Rodríguez) tal vez lo quisiera de vuelta, los lanzadores de ellos en la séptima, octava y novena son pitchers elite. Para ganar la serie tenemos que estar al frente en esas entradas para evitar que nos traigan a esos lanzadores”, indicó Guzmán tras el encuentro.

El envío de Rodríguez al que Guzmán se refirió fue el primero que hizo cuando entró a relevar a Darryl Thompson en la baja de la quinta entrada. Ese lanzamiento fue desaparecido por José Sermo por la banda de primera base y remolcó a Anderson Feliz y Tsung-che Tsung, quienes llegaron a base por hit y boleto ante Thompson.

Con el batazo, Carolina tomó el comando 3-2. Y así se mantuvo hasta la séptima entrada, la cual no fue de muy buena suerte.

Núñez entró a lanzar abriendo la séptima entrada y de inmediato cedió hit a Jeremy Rivera. Tras ponchar a Richie Palacios, le dio un pelotazo a Chavez Young para dejar hombres en primera y segunda antes de que Guzmán lo reemplazara con Oquendo.

Fue entonces que surgió un batazo lento por tercera de Emmanuel Rivera que se convirtió en hit y llenó las bases. Oquendo le dio un pelotazo a Josh Palacios que empató el partido 3-3, ponchó a Henry Ramos para el segundo out y en el turno de Danny Ortiz tuvo dos lanzamientos salvajes que permitieron dos carreras adicionales.

“Tuvimos que usar a (Jhozan) Oquendo y Oddy Núñez, que no los habíamos usado. Oquendo, por reglamento de su organización, lanza hoy y tienes que darle dos días libres. Pero en la temporada fue productivo. Tiró ocho o nueve entradas en blanco. Lo traje en situaciones similares antes y sacó los outs”, dijo Guzmán.

“Yo creo que hicieron su trabajo. Es que la roleta (de Emmanuel Rivera en la séptima, que llenó las bases) ante Núñez fue bateada con la punta del bate. Si le hubiese dado mejor era doble jugada y cerrábamos la entrada. Pero así es el béisbol y creo que fue un gran juego”, agregó.

Por su parte, Mako Oliveras, dirigente de los Indios, se mostró complacido de que el plan para la serie final comenzó de la manera que buscaban, pero no se confía.

“El plan era robarse uno en la carretera y eso fue lo que hicimos. Pero esto no se ha acabado. Sabemos que tenemos de frente a un equipo batallador con un gran dirigente. Eso no me voy a cansar de decirlo”, indicó Oliveras.

Este indicó que para el partido del miércoles en su casa el equipo espera tener a Ronnie Williams en la lomita y poder defender su parque.

“Este (primer) juego se fue en el pitcheo. Aparte de los cuadrangulares de Sermo y de Emmanuel, no hubo mucho más, aunque nosotros bateamos once hits. Pero…seguimos dejando hombres en base”, agregó Oliveras.

“Pero eso se va a corregir. Yo tengo mucha confianza en (el coach) Coco Cordero y los muchachos están bien positivos. Eso es lo importante”, finalizó Oliveras.