San Francisco (AP). Edgar Rentería lo sabe y lo siente: esta Serie Mundial podría ser la última en su carrera y lo que más quiere es ponerle un broche de oro a una carrera en las Grandes Ligas que cualquiera envidiaría.

Rentería tenía 22 años cuando en 1997 conectó el hit que le dio el título a los Marlins de la Florida en el Clásico de Otoño de 1997, imágenes que volvieron a salir tras su actuación del jueves en que pegó un jonrón y sencillo y remolcó tres anotaciones en la victoria de San Francisco. También le tocó ser el último out en la serie de 2004, en la que sus Cardenales de San Luis fueron barridos en cuatro juegos por los Medias Rojas de Boston.

Ahora con 35 años, Rentería suele hablar que la hora del retiro no está lejos y por eso la tercera Serie Mundial de su carrera tiene un significado mucho más sentimental.

“No es fácil estar en una Serie Mundial, muchos grandes no logran hacerlo. Yo estoy entre los afortunados”, declaró Rentería, quien en su trayectoria de 15 años en las Mayores cuenta con cinco selecciones para el Juego de Estrellas y dos Guantes de Oro. “Por eso, esto quiero disfrutarlo”.

“Cuando ganamos esa serie en 1997, yo era un muchacho que sólo estaba interesado en poder seguir en las Mayores. Creía que íbamos a ganar muchos anillos”, añadió. “Hoy me siento como un sobreviviente”.

Al hablar así, Rentería se refiere al hecho de que sólo jugó en 72 partidos durante la temporada por un rosario de lesiones en la ingle, el muslo derecho y hasta el codo derecho.

“Ha pasado por un año durísimo, por los altibajos y las lesiones. Regresaba y volvía a lesionarse”, dijo el dirigente de los Gigantes.

“Es un líder. Todos les admiran. Ha pasado por esto y está feliz de volver a una Serie Mundial”, sostuvo Bochy.