Arlington, Texas. Blake Snell le dio la espalda a su dirigente y gritó un improperio cuando Kevin Cash se dirigía al montículo. Tras mantener el control toda la noche, el as de Tampa Bay ya no tenía la pelota en su potente mano izquierda.

Poco después, los Rays tampoco tendrían la ventaja en el partido.

El equipo que llegó a la Serie Mundial apoyándose en gran medida en la analítica se derrumbó a causa de los datos – y por una decisión que de seguro se convertirá en una de las historias que se repetirán como cuentos en la tradición de la pelota de octubre.

Con Snell todavía furioso, el tambaleante relevista Nick Anderson subió al montículo y permitió el doble de Mookie Betts que inició una secuencia que condujo a dos rápidas anotaciones el martes cuando los Dodgers de Los Ángeles se recuperaron para conseguir una victoria por 3-1 en el sexto juego y se coronaron en la Serie Mundial.

“Creo que me arrepiento porque no funcionó”, dijo Cash, quien luego agregó: “personalmente, pensé que Blake había hecho su trabajo y mucho más”.

Snell dijo: “Al final del día, puedo ver ambos lados”.

“Yo, por la forma en que sentí ese juego, y lo que él pudo ver que estaba haciendo en ese juego, no quiero que me saquen de ese juego”.

La filosofía de pitcheo de la organización de los Rays se enfoca en no permitir que los abridores se enfrenten a los bateadores por tercera vez en un juego, y Snell ha tenido problemas de ese tipo antes. Pero el ganador del Cy Young de la Liga Americana 2018 fue dominante esta vez, y sumamente molesto cuando le entregó la pelota a Cash, considerado como una de las mentes jóvenes más brillantes de las Mayores.

“Respeto y entiendo totalmente las preguntas que vienen con esto. Blake nos dio todas las oportunidades de ganar. Tuvo una noche sobresaliente. No son decisiones fáciles. No quería que Mookie viera a Blake por tercera vez”, dijo Cash.

Mientras Anderson calentaba para lanzar, el mundo del béisbol calentaba para crucificar a Cash.

Desde las duras palabras del as de los Mets de Nueva York, Noah Syndergaard, hasta la reacción más comedida del relevista Jerry Blevins, el sentimiento fue el mismo.

“Entonces, ¿quién saca del juego al dirigente?”, escribió Syndergaard en Twitter.

“Uno dirige un juego de béisbol con los OJOS, EL CORAZÓN y LOS INSTINTOS, así como con el CEREBRO”, escribió Blevins.

¿Por qué sacar a tu mejor lanzador con un conteo de lanzamientos razonable (73), nueve ponches y solo dos hits, simplemente porque está a punto de lanzarle por tercera vez a la alineación contraria?

“No estoy exactamente seguro de por qué. Y no voy a hacer preguntas, pero estaba lanzando un gran juego”, dijo Betts.

“Tuvimos la oportunidad de hacer algo, pero ellos hicieron un cambio de pitcheo y parece que eso fue todo lo que necesitamos”, agregó Betts.

Barnes, el noveno bateador del orden de los Rays, conectó un sencillo en el lanzamiento número 73 de Snell con un out en la sexta cuando Cash tomó la misma decisión que tantas veces ha hecho en el quinto o sexto inning.

El dirigente, con seis años de experiencia, le entregó el juego a un bullpen que estableció un récord para las Grandes Ligas al contar con 12 lanzadores que registraron salvamentos, a pesar de un calendario de 60 juegos reducido por la pandemia.

Anderson fue el mejor de todos en la temporada regular, permitiendo cinco hits y una carrera limpia en 16.1 entradas en 19 salidas. Pero el esbelto lanzador derecho, que llegó desde Miami en la fecha límite de cambios el año pasado en uno de varios acuerdos astutos que hicieron que los Rays fueran quienes son, lució normal en la postemporada.

Anderson permitió una carrera en su séptima aparición consecutiva desde el quinto juego de la Serie Divisional de la Liga Americana, una victoria por 2-1 sobre los Yankees que envió a Tampa Bay a la Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Después del doble de Betts por la línea izquierda, Barnes anotó en un lanzamiento descontrolado de Anderson que también envió a Betts a tercera. Corey Seager conectó un roletazo a Ji-Man Choi en primera base, pero Betts hizo la jugada instintiva y salió volando hacia home, y deslizándose de cabeza superó el tiro, dándole ventaja de 2-1 a los Dodgers.

Betts conectó un jonrón solitario ante Pete Fairbanks en la octava entrada para darle a Los Ángeles más espacio para respirar, y los Rays solo tuvieron un corredor más -Mike Zunino, quien dio hit en la séptima- luego de la fatídica decisión de Cash.

“Siento que el proceso de pensamiento fue el correcto. Con cada decisión que se toma, el resultado final tiene un factor de peso considerable en cómo se siente uno al respecto”, dijo Cash.