Desde sus días de crianza en el Residencial Portugués de Ponce, el primer contacto que tuvo con el deporte fue en el fútbol. También coqueteó con baloncesto y atletismo, ya en escuela superior, hasta que llegó al béisbol casi a los 18 años de edad. Ahí comenzó a escribir páginas doradas en la historia del deporte nacional, en un libro que contiene enormes logros individuales y una corona nacional en 1992, junto a varias decepciones mayores entre las que se cuentan un sorpresivo positivo a dopaje hace cuatro años, y que ahora está a punto de escribir su último capítulo.

El ponceño Jorge Aranzamendi, ya con 49 años de edad, recién anunció que acaba de iniciar su última temporada, la número 32, como pelotero activo en el béisbol superior Doble A, todas con un mismo equipo, los Potros Salvajes de Santa Isabel, hecho que podría ser un récord en la Isla.

En Santa Isabel también jugó una campaña previa, en la Doble A Juvenil, o sea que son 33 años jugando con el mismo pueblo.

Nada mal para un pelotero, y también glorioso ex softbolista nacional, que empezó a jugar béisbol sin grandes pretensiones y fue progresando a base puro esfuerzo y sacrificio, incluyendo viajar en bicicleta desde las 5:30 de la madrugada, y muchas veces en carro público, hasta el viejo parque Colo Colo de Santa Isabel para ver acción en un doble desafío.

También en los últimos años ha jugado a pesar de tener un turno “rompe noches” en una empresa privada en Ponce, que hasta el momento le ha dado espacio para sus compromisos nocturnos en el deporte los fines de semana.

Con trabajo serio, y aprovechando al máximo de sus capacidades, “Georgie” Aranzamendi está a punto de enganchar los spikes', el bate y el guante como uno de los mejores bateadores en la historia de la llamada pelota dominguera. Forma parte del mínimo grupo de peloteros que ha llegado a 700 imparables, y suma sobre 500 carreras anotadas.

Tras haber rechazado la oportunidad de entrar al profesionalismo, se convirtió en el casi “eterno” pelotero aficionado de Puerto Rico, sobretodo en Santa Isabel, donde este año los Potros le dedican la temporada.

Hizo, incluso, el lanzamiento de la primera bola en el acto de apertura en el Estadio Luis Guillermo Moreno de Santa Isabel, y hasta le hicieron la simbólica entrega de la llave del pueblo.

¿Es cierto que te retiras?

“Definitivamente ya no hay marcha atrás. Ya es hora de decir adiós con dolor en el alma. Pues, unos vienen, otros se van, unos se van y otros vienen. Es hora de que Jorge Aranzamendi se vaya del béisbol Doble A”.

¿Qué te llevó a tomar esa decisión?

“Las condiciones a veces (son duras). Trabajo de noche. La familia, ya mi hijo es adolescente. Está en una etapa de la Doble A Juvenil y hay que estar pendiente a él. Tengo que ejercer una preparación porque no me gusta llegar a un parque y no estar preparado para jugar béisbol. Eso me pasó hace dos años atrás, por eso dos temporadas malas que tuve. Este año decidí dar todo lo de mí para el pueblo de Santa Isabel nuevamente. Voy a prepararme y eso es lo que hemos hecho hasta ahora.

¿Cuán importante ha sido la oportunidad de jugar poco más de tres décadas con un mismo equipo?

“Dejarme querer por el pueblo de Santa Isabel y darle tantos logros a Santa Isabel. Mi satisfacción más grande fue darle toda mi vida al deporte en este pueblo. Los pusimos en el mapa, en el sentido de la lista de campenatos. En el 92 hicimos historia, la primera y única vez que Santa Isabel ha ganado... y por ahí un sinnúmero de (logros). La gente me quiere muchísimo en este pueblo.

¿Cómo te sientes con todos los logros que has tenido en tu carrera?

Es como si fuera un sueño. Me siento como si no hubiera pasado. A veces me pongo a analizar como llegué aquí, como he logrado tanto. Jamás pensé que tenía habilidades para jugar béisbol. Mis habilidades eran en balompié. A los 15 años jugaba balompié superior, en lo poquito que había. De verdad a veces como que no lo creo y entonces empiezo dar pa’ atrás año por año, los que puedo recordar y siento una satisfacción bien grande por todo lo que he hecho en el béisbol Doble A.

¿Hay algo que no hayas logrado, que te hubiera gustado logrado o llegar en la Doble A?

Seguir ganando. Los logros que me propuse están ahí. Quise anotar 500 carreras y lo hice hace unos años atrás. Quise dar 500 hits... me lo propuse y llegué a 500, llegué a 600 y llegué a 700. De verdad que es algo grande y creo que todo lo que un pelotero le pueda sacar al béisbol Doble A, o hacer por el béisbol Doble A, 'Georgie' Aranzamendi no le tiene que envidiar nada a nadie. Creo que he hecho todo lo mejor que he podido para el béisbol Doble A.

¿Cuál ha sido tu mejor momento en la Doble A?

Mi momento más feliz son muchos de verdad. El campeonato del '92, mi primer hit en la Doble A que fue a un lanzador que estaba en aquel tiempo en el Equipo Nacional, Gerardo Rosado. Fue en Salinas. Los hits 500, 600 y 700. Y el mayor logro mío, que mi mamá (Hilda Torres) siempre estuviera aquí en los parques hasta que Dios la mandó a buscar... los cinco Guantes de Oro que he ganado, máximo ganador hasta el momento, pero el campeonato del '92 fue algo bien grande que creo que nunca se me va a olvidar.

¿Momento difícil que nunca hubieras querido que te pasara en la Doble A?

Mis lesiones. Tuve dos lesiones en el béisbol Doble A en las rodillas en el terreno de juego. Fueron algo bien doloroso y pensaba que era el final de la carrera, pero batallando y batallando, con cinco operaciones en la rodilla seguí batallando y jugando.

Otros años difíciles donde no me sentía preparado para jugar. No practicaba. Una vez, estando detrás del nene mío en 11-12, no entrenaba. Salía de mi trabajo los sábados por la mañana y me iba al parque. Luego dormía una hora para venir a jugar pelota por la noche y no veía la bola. Ese año tuve un promedio bien bajito... y pensaba que era el final, pero me senté con mi familia. Dije que 'quiero terminar fuerte en la Doble A', dejé el hijo mío en las manos de otros dirigentes, me dediqué al béisbol Doble A y de ahí en adelante el promedio llegó a su nivel nuevamente.

¿Qué te ha permitido mantenerte como un jugador productivo en una liga que ha subido su nivel en los últimos años con la entrada de los profesionales?

De verdad cada vez que le bateo a un lanzador profesional trato de demostrar todas mis habilidades. Sé que ellos tuvieron o están en un nivel más alto que uno. Y también demuestro que si en el '86, '87, '88 hubiera firmado profesional hubiera sido otra historia, pero decidí representar a Puerto Rico. En el '89 hice el Equipo Nacional, pero jugar contra los profesionales demuestro que en el aficionismo también hay buenos peloteros que tuvieron los quilates para estar en el béisbol profesional”.

¿Cuánto dlió el positivo a dopaje que diste durante tu participación en sóftbol de los Juegos Mayaguez 201?

“Todavía no tengo un dolor en mi alma. Fue una cosa que yo nunca, jamás pensé... y no siento dolor. Lo que siento es miedo de que en un futuro no se me exalte al Salón de la Fama del sóftbol mundial que es mi último reto. Los números están ahí. Dolor si en el sentido de que, !wow!, vengo de un caserío y nunca he usado drogas en mi vida. A lo que di positivo cuando me lo dijeron yo no sabía... solo siento ese miedo de que se me hayan cerrado puertas en esa categoría.

¿Cómo quieres que te recuerde la gente del béisbol, del sóftbol, del deporte en Puerto Rico?

Que recuerden que “Georgie” Aranzamendi hizo unos sacrificios bien grandes para llegar a este béisbol. Que recuerden lo fogoso y que siempre le di mi corazón a Santa Isabel (llora y sele quiebra la voz) y que amo el béisbol. No va a ser fácil... cuando quieres esto de verdad y lo juegas de corazón, independientemente haya dinero o no lo haya, quiero que me recuerden de esa manera (sollozando)”.