José “Chico” Lind y Carmelo Martínez felices por los Piratas -VÍDEOS
Vistieron el uniforme de Pittsburgh en su último tiempo de éxito antes del actual.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
PUBLICIDAD
No existe duda alguna en relación al hecho que la ciudad de Pittsburgh tiene una eterna relación con Puerto Rico y que el eje de ese vínculo tiene nombre y apellido: Roberto Clemente.
Ello es así porque la figura del Astro Boricua está impregnada en la memoria colectiva de una ciudad que siente un gran fervor por el béisbol y recuerda sus espectaculares jugadas y fenomenal desempeño durante 18 temporadas y dos campeonatos en 1960 y 1971.
Por ello no se debe pasar por alto que los Piratas han regresado la postemporada luego de 21 años de espera, el mismo número que usó el carolinense casi toda su carrera.
Relacionadas
De eso están muy claro dos de cuatro boricuas que vistieron el uniforme de los Piratas entre 1990 y 1992 y que conversaron con Primera Hora del gozo que siente de ver nuevamente a la franquicia para la que jugaron con orgullo estar de vuelta a los playoffs.
“Pienso que pasaron 21 años y se me paran los pelos. El número que Clemente usó en su uniforme es la cantidad de años que llevan desde que llegaron a la postemporada. ¡Wow! Lo que son las coincidencias”, aseguró el ex jardinero y primera base Carmelo “Bitumul” Martínez, quien militó en las filas de los Piratas en el 1990 y 1991 y aun lamenta como haber sido víctima del robo de un jonrón en la novena entrada del sexto juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional del 1990 ante los Rojos evitó que Pittsburgh empatara el juego y eventualmente quedara eliminado ese día.
Al igual que Martínez también vistieron el uniforme en esa época el guardabosques y primera base Orlando Merced (1990-1996), el tercera base Bobby Bonilla (1986-1991) y el sensacional segunda base José “Chico” Lind (1987-1992).
“Me emocioné mucho por ellos porque hacía tiempo que la ciudad no llegaba a los playoffs. Los fanáticos de los Piratas vienen de años bien difíciles, pero la gerencia reconstruyó la organización y ahora vemos los frutos. Algo muy parecido es lo que estamos haciendo en Chicago y pasó lo mismo lo hizo Tampa Bay hace algunos años”, sostuvo Martínez, quien actualmente es el coordinador de bateo de los Cachorros en las Ligas Menores.
En sus años en Pittsburgh, Martínez ayudó a los Piratas a ganar dos de tres títulos divisionales que ganaron de forma consecutiva. Por mala suerte, el doradeño no pudo ayudarlos a llegar a la tan deseada Serie Mundial.
Durante esos tres años sí estuvieron en el equipo Lind y Merced. Por tal razón el intermedista ayer también se expresó regocijado del renacer de la organización.
“Ese tiempo fue de oro para nosotros. Son momentos inolvidables. Cuando entraron de nuevo me emocioné . Estos días para mi han sido bien chévere porque sé lo que deben estar sintiendo allá. La gente de Pittsburgh, que aman tanto el béisbol, se merecen eso y mucho más”, dijo Lind por vía telefónica desde su hogar en Kissimmee, Florida.
Lind, quien nunca olvida que un raro error suyo –solo había cometido seis en todo el año– al fildear una roleta de David Justice mantuvo viva la parte baja de la novena entrada del séptimo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en el 1992 y dio paso a que los Bravos de Atlanta les dejaran en el terreno con un milagroso hit de Francisco Cabrera para avanzar a la Serie Mundial, reveló que tanta es su alegría estos días que hasta sacó su camisa y la colocó en la ventana de su casa.
“Hace unas semanas visité a mis padres (Abelardo “Combe” Lind y Carmen “Pola” Salgado) y me traje una camisa gris que usé en el 1987. Tan pronto consiguieron el pase, la saqué a la ventana para que todos vean lo orgulloso que soy de ser un pirata y de haber estado en el mismo equipo que estuvo Roberto Clemente. El tiempo que jugué allí no tiene precio”, señaló Lind.