Cuando los disparos hicieron eco en el Nationals Park, el estelar torpedero de los Padres de San Diego, Fernando Tatis Jr. de inmediato pensó en sus familiares y amigos de los jugadores que estaban en la tribuna.

Tatis salió rápidamente de la banca rumbo al jardín izquierdo, ayudó a abrir una puerta que da a la tribuna y comenzó a reunir a un grupo para llevarlos a que se resguardaran en la caseta.

“Nuestras familias, nuestros seres queridos, niños pequeños. Sentí que alguien tenía que llegar a ellos”, dijo Tatis el domingo. “Siento que el lugar más seguro era el camerino y queríamos llevar a nuestras familias a un lugar seguro”.

La parte alta de la sexta entrada del juego entre los Padres y los Nacionales de Washington, frente a unos 33,000 aficionados, acababa de terminar cuando se escucharon varios disparos en la calle South Capitol, justo a un costado del estadio por el rumbo de la tercera base.

En ese momento nadie sabía si la ráfaga de disparos provenía del interior del estadio o desde el exterior.

Nuestras familias, nuestros seres queridos, niños pequeños. Sentí que alguien tenía que llegar a ellos

-Fernando Tatis, Jr.

“Eso no mejora la situación, pero que alguien disparara un arma de fuego dentro del estadio hubiera sido una cosa totalmente diferente”, comentó Ryan Zimmerman, estrella de los Nacionales.

El tiroteo fue resultado de un intercambio de disparos entre personas dentro de dos vehículos, que dejó tres heridos, de acuerdo con Ashan Benedict, jefe ejecutivo adjunto del Departamento de la Policía Metropolitana.

Una mujer que asistió al partido y que estaba esperando un Uber afuera del estadio resultó con una herida de bala, de acuerdo con el reporte de la policía. Sufrió un rozón en la espalda, reportaron las autoridades. La policía indicó que las otras dos personas que llegaron a pie al hospital con heridas de bala fueron reportados en condición estable.

Jayce Tingler, mánager de los Padres, iba camino a reportar un cambio de pitcher con el umpire Jordan Baker cuando comenzaron los disparos.

“Me dijo ‘¿escuchaste eso?’″, recordó Tingler sobre su conversación con Baker. “Respondí, ‘sí, creo que sí’ y registré lo que pudo haber sido y resultó ser una pesadilla”.

Fanáticos y familiares de jugadores fueron movidos a los dugouts en busca de refugio.
Fanáticos y familiares de jugadores fueron movidos a los dugouts en busca de refugio. (The Associated Press)

El caos no tardó en estallar. Mientras los Padres salían del terreno, algunos aficionados se apresuraron a salir del estadio, mientras otros buscaban resguardo o trataban de ocultarse entre los asientos.

“Todos corrían. Fue una locura. No te podías imaginar qué es lo que estaba ocurriendo. Si era una o dos personas, solo traté de llegar a un lugar seguro y reunir a nuestras familias”, dijo Tatis.

Tatis y sus compañeros de equipo Manny Machado y Wil Myers recibieron elogios por asistir e inclusive llevar a aficionados a un lugar donde no corrieran peligro.

“La situación cambió de inmediato. Dejaron de ser jugadores y aficionados. Siento que todos somos personas, seres humanos tratando de llegar a un lugar seguro”, dijo Tatis.

El juego se detuvo el sábado y fue completado el domingo, con triunfo para los Padres. Washington ganó 8-7 en el juego originalmente programado para el domingo.

Ambos partidos se desarrollaron sin incidente alguno, un contraste con lo que se vivió la noche previa.