No se equivoca aquel que afirma que para llegar a la cima hay que trabajar duro. Tenemos miles de ejemplos a nuestro alrededor cada día, y en términos de béisbol, uno de los más cercanos a los puertorriqueños en estos días lo es el de los Astros de Houston.

Ese equipo que hoy cosecha triunfos en la Serie Mundial, llegó a dicha etapa campeonil en el 2005 para ser barrido por los Medias Blancas de Chicago. De ahí en adelante, el promedio de victorias fue bajando poco a poco, hasta que en el 2011 perdieron 106 juegos. Un año más tarde perdieron 107. Y en el 2013, 111 juegos.

“Fueron años bien, bien duros”, confesó Joey Solá, evaluador de talento de los Astros desde 2004 y responsable de la firma de Carlos Correa como primera selección del sorteo de jugadores de nuevo ingreso de las Grandes Ligas en el 2012.

“En esos días (las campañas de más de 100 derrotas) no solo era que perdíamos, era que el sistema de liga menor era de los peores. No ganábamos y no teníamos para hacer cambios y echar para adelante la finca. Hubo un año que nuestro primer pick del draft fue en la tercera ronda, y luego no firmó. Cuando pierdes la oportunidad de coger tres jugadores en esas tres primeras rondas vas tres o cuatro años para atrás”, agregó Solá, quien antes trabajó con los extintos Expos de Montreal.

En su opinión, la transformación real en la organización texana arrancó con la llegada desde los Cardenales de San Luis del gerente general Jeff Lunhow en el 2011. Desde allá y junto a él llegó Mike Elias, quien comenzó como ayudante especial del gerente general, luego fue director de scouting y al momento es asistente del gerente general.

Según Solá, ese fue el turning point (el momento del cambio de rumbo) que colocó a los Astros entre la élite de los equipos de las Grandes Ligas.

“Hubo una transformación total. Comenzaron a usar los sabermetrics y reformaron la manera común y corriente de hacer scouting. Todo cambió. Desde el departamento médico, el departamento de estadísticas. Todo. La transformación fue de arriba abajo”, explicó Solá, quien también recomendó a los Astros la firma del boricua Enrique ‘Kike’ Hernández, quien ahora juega con los Dodgers de Los Ángeles.

“Yo creo que todo comenzó con el pick de George Springer en 2011. Ahí empezamos a hacer buenos draft picks y los jugadores que hemos agarrado, si te fijas, hay una tendencia que ellos de una forma u otra han estado en el equipo grande o han contribuido al éxito que estamos teniendo. Correa y Lance McCullers en el 2012, Derek Fisher y AJ Reed en el 2014, y Alex Bregman en el 2015, por ejemplo”, agregó.

Además de Correa en el 2011 y Mark Appel en el 2012, los Astros seleccionaron a otro primer pick en el sorteo del 2013: Brady Aiken, quien no pasó el examen físico, no firmó con Houston y actualmente milita con la organización de Cleveland. Appel paso a los Filis en el canje por el relevista Ken Giles.

“Cuando ves esos drafts hay luz al final del túnel”, sostuvo.

Y la luz es tan potente que casi ciega, porque el sistema de liga menor de los Astros está consistentemente catalogado entre los cinco mejores de Major League Baseball, y figuras como los derechos Francis Martes, David Paulino, Rogelio Armenteros y Forrest Whitley, así como los jardineros Kayle Tucker, Derek Fisher y Ramón Laureano, son los llamados a seguir mejorando a los Astros.

“Para esto es que uno trabaja y es un sueño que se puede hacer realidad. Y para mí, no es el feeling de haber llegado y poder ganar, si no de hacerlo con la organización que te dio el break”, sostuvo Solá. “Es inspirador. Te ayuda a que todos los días que te levantas y pongas parámetros más altos, estándares más exigentes. Ya estás scouteando para un equipo contendor que exige calidad”, finalizó Solá.