A la conclusión del evento, un fanático boricua aún lloraba por las palabras que le dirigió Rodríguez a sus padres, José y Eva, en el discurso de ayer.

“Es que la madre y el padre lo es todo para mí también. Es lo mejor”, dijo Alex Santiago a Primera Hora.

Decenas de boricuas llegaron a Cooperstown para presenciar la exaltación de Rodríguez. Vestían camisetas y gorras de Puerto Rico, de los Cangrejeros de Santurce y  de otros equipos. También ondeaban la bandera de Puerto Rico bajo el cielo claro y sol de verano. 

Los boricuas ayudaban a Rodríguez con  aplausos y gritos, cuando la voz del receptor se ahogaba de emoción durante el mensaje.

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Gritaban: ‘Yo soy boricua’ a cada oportunidad.

Otros se sintieron motivados por las palabras del exjugador de los Vigilantes de Texas, en particular, cuando habló sobre cómo superar las limitaciones.

“Ese muchacho lo que medía era 5’9” y estos muchachos (peloteros) de estos días son de seis pies y más”, dijo Gilberto Santiago en compañía de su hijo Emilio Santiago.

Muchos boricuas viajaron desde Puerto Rico, y otros de diferentes estados.

“Es un privilegio para mí. Es un puertorriqueño que está en un salón muy importante. Fui (jugador) profesional también con Ponce y Mayagüez. Así que había que estar aquí también”, dijo Jose Alexis de Jesús, quien reside en Connecticut.

Otros fanáticos de Estados Unidos recogían sus sillas de playa al finalizar el mensaje de Rodríguez. También terminaron la actividad con la nostalgia de visitar la Isla.

“Yo estaba muy emocionada y orgullosa. Yo vine aquí (a Estados Unidos) de chiquita, a los 5 años, y la siento (Isla) en el corazón todavía y me gustaría ir a visitar a Puerto Rico pronto. Amo a Puerto Rico”, dijo Lourdes Quintana, también residente en Connecticut.