VEGA BAJA. En la casa de los padres de Iván Rodríguez, el tiempo se ha movido más rápido que los pies del exreceptor al tirar a segunda base.

Parece que solamente han pasado pocos días desde que su madre Eva Torres y su padre José Rodríquez conocieron en febrero pasado la exaltación del vegabajeño al Salón de la Fama del béisbol.

Y, precisamente, pocos días son los que quedan para que Iván sea uno de los nuevos inmortales en Cooperstown este domingo.

Por tanto, la ansiedad y la emoción crecen en la casa de los Rodríguez y de los Torres, en donde se habla en plural al momento de hablar del logro de su segundo hijo.

Relacionadas

“Estamos locos porque llegue ese momento, y lo vamos a lograr ya mismo”, dijo don José al recibir a Primera Hora..

Doña Eva y don José viajarán a Cooperstown para presenciar la exaltación, en la que también serán honrados los peloteros Tim Raines y Jeff Bagwell, así como el el exdueño de los Cerveceros de Milwaukee y excomisionado de las Grandes Ligas (GL), Bug Selig, junto al exgerente general de los Bravos de Atlanta, John Shuerholtz.

Don José estuvo hace dos semanas con Iván en el Juego de Estrellas en Miami, en donde se honró a los peloteros latinos en Cooperstown, incluyendo a los boricuas Orlando ‘Peruchín’ Cepeda y Roberto Alomar. Rodríguez será el cuarto boricua en llegar al Salón de la Fama.

Doña Eva ha estado hablando con Iván vía telefónica. Los padres saben cómo se encuentra Iván de cara al momento más importante de su vida peloteril y sienten que él está, aunque nervioso, listo para recibir el momento. 

“Solo el espejo y él lo saben”

Lo que desconocen de Iván, aún siendo sus padres, es el contenido del mensaje que su hijo dará en la exaltación. Los mensajes son los momentos más esperados.

“Del mensaje no sé”, dijo don José. “Sí hablé con él y me dijo ‘no se me quita el dolor del estómago”.

“Él se está preparando.”, agregó doña Eva. “Él sabe lo que va a decir en ese momento. Está practicando, pero nadie lo ha escuchado. Él está por allá en su tarea y su asignación. Solo el espejo y él lo saben porque me imagino que se mete al cuarto para ver cómo lo dice y cómo se ve en el mensaje”.

Doña Eva agregó que Iván será en el mensaje igual de competitivo que cuando fue pelotero.“Como él dice: ‘Voy a mí. Si quiero que me quede bien, tengo que trabajarlo’. Me imagino que está trabajando y veremos la calidad del mensaje y todo lo que le llegue aparte de lo que está escrito”, dijo.

No es por menos que los Rodríguez y los Torres sientan tanto orgullo por el muchacho que firmó a los 16 años, y que luego estaba jugando y viviendo solo en Estados Unidos y que siendo un teenager estuvo jugando con hombre en las Grandes Ligas, en las que jugó 21 temporadas.

“La práctica perfecciona el trabajo, y él era dedicado en esto. Nosotros le dábamos seguimiento familiarmente. El apoyo de los padres es importante en esto. Uno se siente orgulloso por su dedicación”, dijo don José.

Iván ganó 13 Guantes de Oro y siete Bates de Plata. Fue escogido una vez Jugador Más Valioso con Texas y 14 veces al Juego de Estrellas.

De Cooperstown, los Rodríguez y los Torres regresarán a Vega Baja para en poco tiempo viajar a Estados Unidos nuevamente en agosto.

En esa ocasión, los padres de Ivan le acompañarán a la ceremonia en Texas en que los Vigilantes le retirarán el número 7.

“Si Dios permite tenemos ahí el otro viaje. Para mí cada situación que se nos presenta es diferente. Será emocionante también que ese número ya no se use en ese equipo. Es una emoción grande también, al igual que la exaltación”, dijo doña Eva.

“En Texas lo quieren muchísimo. La fanaticada lo quiere muchísimo. La organización también. En agradecimiento por la labor de Iván, Texas le está haciendo ese regalo”, dijo Eva.