Lourdes Gurriel Jr. hace historia al conectar un jonrón ante un lanzamiento de 104 millas por hora
Es el lanzamiento más veloz convertido en cuandrangular en la historia de las Grandes Ligas. Mira el video.

PUBLICIDAD
En una noche de poder y velocidad en Chase Field de Phoenix, Arizona, Lourdes Gurriel Jr. conectó anoche un jonrón que forma ahora parte de la historia del béisbol.
El jardinero de los Diamondbacks de Arizona empató el juego en la octava entrada ante los Padres de San Diego con un cuadrangular de dos carreras que llegó tras una batalla de siete lanzamientos contra Mason Miller, el recién adquirido lanzador de San Diego.
Lo sorprendente no fue solo el momento del batazo, sino la recta que lo provocó: una bola rápida de 103.9 millas por hora, la más veloz jamás convertida en jonrón desde que existe el rastreo de pitcheos (2008). La pelota salió disparada a 107.1 mph y viajó 439 pies hasta el jardín izquierdo-central.
Relacionadas
104 MPH IN
— MLB (@MLB) August 6, 2025
107.1 MPH OUT
Lourdes Gurriel Jr. ties it! pic.twitter.com/l6KNSIooSK
“Lo más importante fue empatar el juego para el equipo en ese momento”, dijo Gurriel, quien también había pegado un jonrón en la primera entrada frente a Yu Darvish. A pesar de su celebración efusiva en el campo —con gritos, gesto al pecho y el bate al aire—, el cubano se mostró más calmado tras el encuentro, que terminó con derrota 10-5 en 11 entradas.
“Fue algo que simplemente pasó. No es fácil reaccionar a un pitcheo así”, añadió.
Miller, que alcanzó hasta 104.2 mph, no lamentó la elección del lanzamiento, aunque reconoció que la ubicación no fue ideal. Gurriel había logrado extender el turno tras varios fouls, incluyendo rectas por encima de las 103 mph.
Lourdes Gurriel Jr.'s game-tying HR came on the fastest pitch homered on in the pitch-tracking era (since 2008) 🤯 pic.twitter.com/2C47XmS3pd
— MLB (@MLB) August 6, 2025
Aunque la remontada no se concretó, el batazo de Gurriel dejó una marca difícil de superar y recordó que, incluso frente a la velocidad extrema, el instinto y el talento siguen teniendo la última palabra.