Los Lancheros de Cataño nunca han festejado un campeonato en el Béisbol Superior Doble A a pesar de que ha tenido presencia intermitente en la liga desde el 1947. Ni siquiera han ganado un título de Sección.

Eso, sin embargo, podría cambiar este año, pues la novena cuenta con un amuleto especial en la figura de Mako Oliveras.

“En Cataño me hice pelotero. Nací en Santurce y me crié en Puerto Nuevo. Llegué a Cataño cuando tenía 13 o 14 años y fue donde todo comenzó”, cuenta Oliveras afirmando aspectos que lo unen al pueblo catañés y que le animan a querer darles un primer momento de gloria en la pelota federativa de Puerto Rico.

Oliveras no es nuevo en la pelota Doble A. En el pasado dirigió los Jueyeros de Maunabo, Mets de Guaynabo y Mulos de Juncos. También, fue coach de los Guardianes de Dorado y, más reciente, de los Guerrilleros de Río Grande. Entró al mando de los Lancheros hace poco menos de un mes. Llegó con el resumé que carga como el mánager más ganador de campeonatos en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico con siete cetros, incluyendo dos de la Serie del Caribe.

No quería dirigir porque dije que mi tiempo había pasado. Fue mi esposa quien me convenció cuando me ofrecieron la oportunidad Cataño. La única condición que puse fue que me quería reunir con los peloteros para preguntarles si estaban de acuerdo que fuera el dirigente. Si uno hubiese dicho que no, no aceptaba. Todos dijeron que sí. Decidí coger el equipo. Lo hice más por el pueblo que me hizo pelotero”, compartió.

El experimentado piloto entró al puesto el pasado abril en sustitución de José Luis Rodríguez, quien dejó la novena con balance de 8-5. Bajo el mando de Olivares, los Lancheros cerraron la fase regular del torneo con marca de 10-5 y, luego, superaron 3-2 a Vega Alta en la serie semifinal de la sección. El próximo obstáculo serán los Mets de Guaynabo dirigidos por el otrora jugador de Oliveras en la pelota profesional y posiblemente su protegé como dirigente, Lino Rivera.

Por X o Y razón nunca se ha dado un campeonato en Cataño, pero estamos tratando de ver si rompemos esa historia. Vamos contra un gran equipo, contra un gran dirigente. Para mí, Lino es el hijo que el béisbol me regaló. Los triunfos de él son los míos”, destaca Oliveras.

Por el momento, Oliveras se está disfrutando la experiencia y está dispuesto a dejar la puerta entre abierta para un posible regreso.

“Me siento orgulloso de lo que el equipo ha logrado hasta ahora. No puedo decir qué haré mañana y a lo mejor me vuelve a picar eso de ser dirigente. Siempre ha dicho que los dirigentes son tan buenos como los peloteros”, concluyó.

La serie final de la Sección Metro contra los Mets inicia el viernes en Guaynabo y continuará el sábado en Cataño. Ambos partidos están programados para comenzar a las 8:00 p.m.