Arlington, Texas. No es el receptor más ofensivo del béisbol, y en este momento de su carrera no pretende serlo ya que no es su prioridad. Lo que sí es importante es su labor detrás del plato, la que ayuda a que los Astros de Houston se mantengan al tope de su división y en camino a otra postemporada.

Ese pensamiento es lo que tiene en la mente el veterano Martín ‘Machete’ Maldonado, quien está en su temporada número 12 en las Grandes Ligas, las últimas cuatro con la novena tejana. Y el excelente receptor defensivo sigue enfocado en su trabajo, para que sus compañeros de batería luzcan bien cada vez que suben al montículo.

“Tenemos tremendo equipo y estamos cumpliendo las expectativas. Es un equipo que ha podido llegar a la Serie Mundial en los últimos años y tenemos salud que es lo más importante”, dijo el pelotero nativo de Naguabo.

Aunque solo batea para .154 de promedio, algo que no le preocupa, su responsabilidad es igual a los años anteriores “ya que los ‘pitchers’ están haciendo tremendo trabajo, ya estamos primero o segundo en la liga en efectividad (segundos en la Liga Americana con 3.04, solo detrás de la de 2.86 . Pienso que soy parte clave en esa métrica como se dice, pero hay que seguir trabajando fuerte para que ellos sigan aprendiendo y haciendo lo que saben hacer”, dijo Maldonado, como si fuera un maestro que controla a sus estudiantes, en este caso a los lanzadores de su equipo.

Otro detalle de importancia para el apodado ‘Machete’, por su poderoso brazo en sus tiros a las bases cuando le intentan robar, es la comunicación.

“Siempre tengo una buena comunicación, tanto con lanzadores como con los jugadores de posición. Ellos me respetan mucho y trato de aprender de ellos también. La comunicación siempre ha estado bien buena”, enfatizó un día antes de convertirse en el primer receptor en la historia del béisbol en recibir dos entradas inmaculadas en un mismo juego. Un inning inmaculado significa que un lanzador retira a sus tres bateadores por la vía del ponche con el mínimo de lanzamientos requeridos para la gesta de nueve lanzamientos, a razón de tres por bateador.

Próximo a cumplir los 35 años, Maldonado no piensa en premios individuales, como ganar un Guante de Oro por su trabajo defensivo, el cual ya obtuvo en el 2017 cuando pertenecía a los Angels de Los Ángeles.

“No hay presión para eso. Ya me gané uno y lo que quiero es terminar el año bien saludable y llegar a los ‘playoffs’ que es la meta de este equipo”.

Tampoco hay presión para mantener a los Astros en el camino de contender para el título, la que tal vez se pensó existiría por la salida del también boricua Carlos Correa del equipo. Pero como bien ha dicho Maldonado, los Astros han seguido jugando a un nivel de altura.

“(A Carlos) siempre se extraña. Aparte de que era una pieza clave en este equipo, es una figura bien querida aquí (Houston). Es una persona que estuvo aquí muchos años. Lo extrañamos, claro que sí, pero sabemos que esto es un negocio y le deseamos lo mejor”, destacó sobre el santaisabelino que fuera el primer ‘pick’ en el 2012 y Novato del Año en el 2015 con los Astros, pero que ahora juega para Minnesota tras firmar como agente libre un contrato de 105 millones por tres temporadas.

La faceta del bateo no es la prioridad de Martín Maldonado, pero en lo que va de año suma cinco jonrones. Su promedio, sin embargo, es solo de .154.
La faceta del bateo no es la prioridad de Martín Maldonado, pero en lo que va de año suma cinco jonrones. Su promedio, sin embargo, es solo de .154. (Nick Wass)

De hecho, su nuevo campo corto es el dominicano Jeremy Peña, quien en su primer año ha impresionado bastante a la fanaticada, pero aun más a sus compañeros. Y la química no ha cambiado, de acuerdo con Maldonado, que además cuenta en el cuadro interior con otros dos hispanos en el venezolano José Altuve y el cubano Yulieski Gurriel.

“Muy buena ya que mantenemos siempre mucha comunicación”, dijo. “Estamos enfocados en lo que queremos hacer. Este es un equipo que tiene expectativas altas, de siempre estar en los ‘playoffs” y eso es lo que siempre se habla en este ‘clubhouse’ de como vamos a ganar los juegos”, analizó, al tiempo que dijo que interesa jugar en el Clásico Mundial de Béisbol en el 2023. “Siempre es un sueño de cada puertorriqueño, de cada persona que tenga esa oportunidad. Ya estuve en el 2013, aunque en el 2017 no pude ir, me gustaría ir en este”.

Con esto en mente, aseguró que estará presente con los Indios de Mayagüez en la pelota invernal boricua, para estar en forma y preparado para su regreso a la novena boricua.

“Este año estaré jugando, ya que me interesa mucho el Clásico. Tener la oportunidad de jugar en Mayagüez, aunque sea por última vez, sería excelente. Es el sitio que me dio la oportunidad y ser quien yo soy hoy día. Y hay gente que me han dicho que me vaya a la agencia libre, pero a mi encanta demasiado Mayagüez”, finiquitó, al restar importancia al viaje de Naguabo a la Sultana del Oeste mientras disfruta de su estadía en su pueblo natal en la época navideña.

En cuanto a la labor que vienen realizando sus compatriotas y compueblanos, los lanzadores relevistas Edwin y Alexis Díaz, de los Mets de Nueva York y Reds de Cincinnati, dijo ser “un orgullo para mí, ya que vi a esos niños crecer. El trabajo que sus papás hicieron con ellos, y llevarlos por el camino correcto”, reflexionó. “Verlos en la finca grande teniendo éxito, más que un orgullo para mí es un orgullo para el pueblo de Naguabo. Eso ayuda a los jóvenes de tener la esperanza de llegar y lograr sus metas”, dijo el pelotero que debutó en las Mayores con Milwaukee en el 2011.