Houston. Una verdadera fiesta es lo que se puede atestiguar fuera del Minute Maid Park antes de comenzar a disfrutar un partido de béisbol de Grandes Ligas.

Al menos, ese ambiente era el que se respira a las afueras del hogar de los Astros de Houston, previo al inicio de la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los Red Sox de Boston.

Aunque unos espectadores aprovecharon para entrar al área de las gradas que dan hacia el jardín central para intentar atrapar algunas pelotas durante la práctica de bateo de los Astros tan pronto abrieron los portones al público, la mayoría del público que desde temprano circunda el moderno estadio con techo retractable, disfruta de una especie de feria que invitaba a quedarse hasta que dé la hora del partido, programado para iniciar a las 8:07 p.m.

Música en vivo en una tarima, a cargo de una banda pequeña de rock, ameniza la ocasión, mientras diferentes estaciones ofrecen un rato de diversión en lo que pasan las horas para el inicio del partido.

De momento la música se torna contagiosa y allá está un grupo heterogéneo de hombres y mujeres de distintas edades, que bailan y al ver las cámaras de televisión y de algunos fotoperiodistas, comienzan a agitar banderas o toallas de mano de color naranja, como animando a su equipo antes de que se tiren al terreno.

Otros hacen una fila en una estación para posar en una especie de marco gigante con el nombre de los Astros y la leyenda “Postseason 2021″.

En el ir y venir de público, sobresalen las ‘jerseys’ de varios jugadores de los Astros. No pueden faltar las de Carlos Correa con el número 1 al dorso, ni las de José Altuve, dos de los jugadores latinos más populares de la franquicia.

Distinto a otras ciudades donde se juega béisbol de las Mayores, en donde en horarios fuera de los juegos se aprecia un ambiente relacionado al béisbol con restaurantes, pubs o tiendas de souvenirs, como en los alrededores del Fenway Park de Boston, o el Yankee Stadium de Nueva York, en Houston la atmósfera es más callada.

No obstante, como el estadio se encuentra en el mismo ‘downtown’ de Houston, cuando se aproxima la hora del juego, desde horas de la tarde una ola color naranja empieza a adentrarse en el estadio. Los restaurantes circundantes se comienzan a llenar de comensales vistiendo camisetas de los Astros y hasta los empleados de los negocios también tienen indumentaria alusiva al equipo.

En fin, aquí se canta playball también fuera del parque, los días de juego.

Y como donde quiera se cuela un puertorriqueño, este medio se topó con un par de amigos y compañeros de trabajo que viajaron expresamente para el inicio de la serie, y llegaron ayer mismo.

“Fuimos los primeros en entrar al estadio cuando abrieron los portones”, dijo con orgullo Héctor Negrón, quien junto a Ángel Carballo llegaron a Houston desde Barranquitas, y se quedarían en Houston para el segundo juego también, a celebrarse mañana sábado desde las 4:00 p.m.