Meses y años de especulación sobre lo que sucedería en la organización de los Astros de Houston si Carlos Correa se marchaba como agente libre parecen haber sido disipados en el olvido en tan solo dos meses de temporada.

Jeremy Peña lo ha hecho tranquilamente. Y una vez más, las calificaciones para el programa de desarrollo de talento de la organización lucen estar por encima del nivel, porque primero pasó con George Springer, y surgió la figura de Yordan Álvarez.

Ahora se fue Correa, su primer pick del Draft del 2012 y su presencia fija en el campocorto, a los Twins de Minnesota, bajo un acuerdo por tres años y $105.3 millones. Y surge la figura de Peña.

Al hacer una comparativa entre los primeros dos meses del boricua en las Mayores en 2015 y los del dominicano, los números son demasiado similares.

Al momento de este escrito, considerando los juegos jugados hasta el domingo 22 de mayo, Correa batea en la campaña para .269 con dos jonrones y 14 RBI. Además ha anotado 15 carreras y tiene un OPS de .731. Peña, por su parte, presenta una mejor producción. El joven campocorto de los Astros batea .286 con siete jonrones y 22 RBI. Ha marcado 20 anotaciones y tiene un OPS de .851, esto en 36 juegos jugados.

Si comparamos esos primeros juegos de Peña con los primeros 36 de la carrera de Correa en el 2015, la estadística los muestra muy cercanos en producción. El boricua en sus primeros 36 juegos en las Mayores bateó .291 con ocho jonrones y 25 carreras remolcadas. Su OPS de .863.

Mientras, mirando la compleja herramienta del WAR, Peña suma en la campaña una cifra de 2.2 frente a una de 0.7 del boricua. El 2.2 de Peña, de paso, es el séptimo mejor de toda la temporada al momento de este escrito. Lo superan a él solo Manny Machado (3.1), Mike Trout (2.9), Tommy Edman (2.6), y Nolan Arenado, Aaron Judge y Taylor Ward, todos con 2.3.

A nivel defensivo la diferencia tampoco ha sido demasiado diferente. Correa lleva al momento tres errores en 96 oportunidades defensivas; Peñas seis en 98.

Jeremy Pena, ã la izquierda, conversa con el coach de la banca de los Astros y adiestrador de infielders, el boricua Josué Espada, antes de un partido.
Jeremy Pena, ã la izquierda, conversa con el coach de la banca de los Astros y adiestrador de infielders, el boricua Josué Espada, antes de un partido. (David J. Phillip)

Vale destacar, sin embargo, que la defensa no preocupa a la gerencia de los Astros. De hecho, distintos medios han señalado que Peña, hijo el exjugador Gerónimo Peña, fue reclutado primordialmente por su buen guante y una proyección de que su bateo podría mejorar.

Otra diferencia es palpable: Correa fue drafteado de la Puerto Rico Baseball Academy and High School de Gurabo justo al graduarse de escuela superior, con el primer turno global del Draft del 2015.

Peña se mudó a los 12 años a Providence, Rhode Island, donde completó sus estudios. Fue drafteado por los Braves de Atlanta en la ronda 39 del 2015 de la Classical High School de Providence, pero decidió no firmar y fue a universidad.

Jugó tres años como regular para la Universidad de Maine, que es la única universidad con un programa de División 1 de la NCAA en Maine. De allí fue seleccionado por los Astros en la tercera ronda del Draft del 2018.

Y aunque Correa y Peña comparten el cumpleaños, el boricua debutó en junio de 2015 a los 20 años. Peña lo hizo en abril de 2022, a los 24 años, y con tres años de experiencia en el béisbol universitario, además de dos temporadas de pelota invernal dominicana con las Estrellas de Oriente antes de debutar.

Aquí Peña aparece en compañía del segunda base José Altuve.
Aquí Peña aparece en compañía del segunda base José Altuve. (David J. Phillip)

Y no pensemos que hay rivalidades, porque el propio Correa en un momento se convirtió en el benefactor de Peña durante los entrenamientos primaverales.

Desde el 2019 Peña es considerado como uno de los principales prospectos de la organización. En 2020 fue el tercero y en 2021 el segundo mejor cotizado.

En los pasados campos primaverales, Correa lo tomó bajo su protección y le ayudó a acostumbrarse a ser el campocorto de los Astros de Houston. Correa lo invitó a entrenar con él de la manera en que lo hacen los Astros.

También, durante la pasada temporada regular, Peña estuvo en el Taxi Squad de los Astros y usualmente se sentó junto a Correa en el dugout.

En declaraciones al New York Times, Correo dijo que Peña “ha tenido un gran inicio en su carrera; él es todo lo que sabía que podía ser. Reconozco el talento cuando lo veo, y desde el momento en que lo vi fildeando roletas y practicando el bateo, además de su atletismo y la composición de su cuerpo, supe que va a ser una superestrella en este deporte. Así que estoy muy feliz por él y por sus logros”.

Carlos Correa ha seguido siendo productivo en Minnesota, pero su salida de Houston no ha representado un hueco en las filas de los Astros.
Carlos Correa ha seguido siendo productivo en Minnesota, pero su salida de Houston no ha representado un hueco en las filas de los Astros. (The Associated Press)

Por su parte, Peña le comentó al mismo diario que “el equipo me dijo que fuese yo. Ese era el plan desde el principio. Nunca lo vi como que estoy llenando los zapatos de Carlos Correa. Solamente voy a salir a jugar mi juego y seguir mejorando”.

Y hay que reconocer que ha tenido éxito. La diferencia mayor entre ambos podría ser que Correa se gana $35.1 millones este año y a finalizar la campaña podría optar por la agencia libre y mejorar la suma, mientras que Peña, quien jugó tan solo 30 juegos en AAA la pasada temporada por una operación de muñeca, le cuesta a los Astros el mínimo de $700,000 y estará bajo su control durante los próximos seis años antes de poder ser agente libre.

Como si fuera poco, Houston es líder de la División Oeste con marca de 27-15. Minnesota a su vez lidera la División Central con récord de 25-16.