Pedro Valdés piensa en una nueva faceta
Ya sabe lo que hará cuando inicie su retiro a principios del próximo año.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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El inicialista y bateador designado Pedro Valdés no abandonará el diamante una vez se retire del béisbol activo al concluir esta temporada su participación con los Gigantes de Carolina en la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente.
Y es que el veterano jugador espera, a partir de febrero, convertirse en coach de bateo.
El loiceño ha enviado su resumé a varias organizaciones de las Grandes Ligas y recibió hace unos días una oferta para convertirse en el coach de bateo de Fukuoka, equipo para el que militó en la Liga de Japón por espacio de cuatro años a partir de 2001.
“Me llamaron de Japón para ver si me interesaba ser su batting coach ahora que me retire. Hacia allá es que estoy inclinando un poco la balanza. El dirigente y el staff técnico del equipo está compuesto por personas que fueron mis compañeros de equipo. El dirigente (Koji Akiyama) fue el jardinero derecho cuando yo jugué. El campocorto está como coach de banco y así sucesivamente. Si optó por irme para allá, estaré como en familia”, dijo Valdés.
La labor de Valdés sería ayudar a los jugadores extranjeros a acoplarse a las rigurosidades de la liga japonesa.
“Los jugadores importados tardan un poco en acoplarse a la forma en que ellos trabajan. Yo pasé por eso y ellos entienden que yo les serviré de mucha ayuda en ese sentido“, sostuvo Valdés, quien fue pieza clave en el campeonato de Fukuoka en el 2003.
Para Valdés, el regreso a Japón le da la oportunidad de cerrar su capítulo con el Oriente.
“Me gustaría ir porque eso me da la oportunidad de luego hacer una despedida cómo debe ser. La forma en que salí del equipo no me dio la oportunidad de despedirme de mis compañeros. Mi contrato decía que, en medio de un cambio de compañías que manejaban el equipo, solo permanecería con ellos si ganaban el campeonato. Lamentablemente, nos quedamos cortos”, recordó Valdés.
“Tan solo estuve un día más en Japón luego de mi último partido. Y aunque yo intenté que otros equipos me dieran un contrato, aunque fuera en sus ligas menores, ninguno de ellos quiso. En aquel momento, el respeto por el jugador era bien grande. Todos me decían lo mismo, me decían que no me daban trabajo porque entendían que me faltaban el respeto al darme un contrato sin seguridad de ascender”, prosiguió.