El valor anual promedio que buscaba Carlos Correa habría llevado la nómina de los Yankees de Nueva York a acercarse o rebasar el umbral de los $270 millones, y eso hubiese desencadenado penalidades no financieras para el equipo, como por ejemplo que su turno de primera ronda en el Draft hubiese sido colocado 10 espacios más tarde.

Fue por eso que la poderosa franquicia increíblemente pasó ante la oportunidad de contratar al boricua.

De acuerdo con una fuente de MLB.com, “si se hubiese tratado solamente de dinero ellos hubiesen sido más agresivos en un contrato de corto plazo. Pero el asunto del Draft hizo que no fuese atractivo, especialmente tras la transacción por (Josh) Donaldson”.

Los Yankees enviaron a Gary Sánchez y Gio Urshela a Minnesota a cambio de Donaldson, Isiah Kiner-Falefa y Ben Rortvedt, y absorberán los $50 millones que se le deben a Donaldson.

Según la fuente, a los Yankees le hubiese gustado un contrato a corto plazo como el que firmó Correa en Minnesota, porque les hubiese permitido mantener la posición en espera de los primeros dos prospectos de la organización, Anthony Volpe y Oswald Peraza, que son ambos campocortos.

Pero, el asunto del promedio anual fue lo que le puso punto final a los deseos neoyorquinos.

El presidente de los Yankees, Hal Steinbrenner, había dicho que, tras el contrato de Donaldson, la nómina ya está por encima del tope establecido por el convenio colectivo. Algunos estiman que está en alrededor de $250 millones, lo que les coloca en una escala que agregaría un 12% a su impuesto por lujo.