En la continuación de juegos clásicos de las Grandes Ligas con boricuas en rol estelar, hoy presentamos el quinto partido de la Serie Mundial de 1984 en la que los Detroit Tigers se coronaron derrotando a los San Diego Padres.

En esa temporada con los Tigers, el lanzador aguadeño Willie Hernández tuvo un año de ensueño copando los dos premios individuales más importantes en la Liga Americana al ser seleccionado como el Jugador Más Valioso y el ganador del Cy Young de ese circuito.

El zurdo lanzó en 80 partidos en relevo en los que trabajó 140.1 entradas y tuvo marca de 9-3, con 32 salvados y una efectividad de 1.92 para la novena de Detroit, que arrasó en la temporada regular con marca de 104-58, la mejor en las Mayores.

En la postemporada, Hernández permitió dos carreras en 9.1 entradas, y como hizo en la mayoría de las victorias de los Tigers ese año, cerró el último juego de la Serie Mundial.