Santo Domingo. Cuando el dominicano Raúl Santana vio en el calendario que el juego de Puerto Rico ante República Dominicana en esta edición de la Serie del Caribe estaba pautado para celebrase el sábado en la noche, de inmediato, cambió los planes.

“No podía perderme este partido. Dejé lo que tenía que hacer. Para nosotros los dominicanos es el partido más emocionante por la rivalidad con Puerto Rico. Esto es como una fiesta”, dijo Santana con la bandera de su país en mano.

Miles de fanáticos llegaron al Estadio Quisqueya Juan Marichal para la segunda jornada del certamen caribeño. Ante el impacto de la pandemia de COVID-19, el estadio tiene capacidad para poco más de 9,000 fanáticos. Y el flujo de la entrada de espectadores era lenta, ya que cada persona debía presentar una certificación de vacunación junto a la identificación.

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Pero esta situación no mermaba el entusiasmo entre los seguidores boricuas y quisqueyanos que llegaban a la instalación.

El fajardeño Javier Rodríguez no llegó al estadio con las manos vacías. Llevó varios panderos con la bandera de Puerto Rico junto a su esposa.

“Le damos a dar tabla a Dominicana”, dijo Rodríguez. “Y aquí estamos preparados para poner la música en las gradas”, prosiguió Rodríguez.

Mientras, el santaisabelino José Torres arribó acompañado de varias amistades quisqueyanas.

“Es mi primera Serie del Caribe y, aunque ando con ellos, voy a Puerto Rico. Vengo a apoyar a nuestro equipo”, dijo Torres, al tiempo que su amigo dominicano Rafael Gómez respondió: “Solo por hoy, quiero que gane Puerto Rico para que él no se sienta mal”.