MIAMI.- Derek Jeter dice que los Marlins de Miami son mejores que lo que indica su récord.

Si se equivoca, la desventurada franquicia pudiera encaminarse a su peor campaña.

Los Marlins arrancaron la semana con la peor marca en las mayores, con 9-24 (.274), lo que les coloca en sendero para finalizar 44-118. Eso es malo, incluso para una franquicia que no ha tenido una campaña favorable desde 2009 y no se clasifica a los playoffs desde 2003.

El manager Don Mattingly asegura que le pide a sus jugadores que se mantengan con un carácter positivo, “pero es difícil decir que todo está bien cuando estás con nueve derrotas y lo que sea”, dijo. “Ni siquiera sé cómo estamos. No se siente bien”.

Es una sensación nueva para Jeter, una presencia perenne en postemporadas por dos décadas para los Yanquis de Nueva York. En su segunda campaña como director general de los Marlins, Jeter está reconstruyendo la franquicia desde la base.

Hay indicios de mejora en un sistema de sucursales que estaba huérfano de talento cuando el consorcio encabezado por Jeter compró la franquicia hace 19 meses. Transacciones hechas por Jeter y el presidente de operaciones de béisbol Michael Hill ayudaron a reabastecer las menores de talento y el panorama allí es especialmente bueno en cuanto a pitcheo.

Pero el equipo de las mayores ha retrocedido desde que Jeter asumió las riendas, en parte porque cambiaron a los astros Christian Yelich, Giancarlo Stanton, Marcell Ozuna, Dee Gordon y J.T. Realmuto.

Los Marlins parecen encaminados a su primera campaña con 100 derrotas desde el 2013 y pudieran eclipsar la marca de 108 que establecieron en 1998.

"No puedes dejar que te abrume”, dijo el relevista Drew Steckenrider del pobre récord del equipo. “Obviamente, es frustrante, pero nadie quiere pensar en eso. Simplemente tienes que tomarte cada día como un nuevo día y una nueva oportunidad”.

Tras ser barridos el fin de semana por Atlanta, unas revistas en el camerino mostraban a Yelich como el muy probable Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, de nuevo.

Antes de la gira de siete partidos esta semana, las marcas de los Marlins eran de 6-15 en casa y 3-9 de visitantes. Tienen solamente a tres titulares bateando sobre .250 y aunque el zurdo Caleb Smith estaba 3-0, el resto de la rotación anda 4-16.

"No estoy contento”, dijo Jeter. “Michael Hill no está contento. Donnie no está contento. Estoy seguro de que los jugadores no están contentos”.

La ofensiva es especialmente desastrosa, entre las últimas en las Grandes Ligas en carreras, dobles, triples, jonrones, empujadas, boletos, slugging y OPS. Los Marlins no tienen ni siquiera un triple ni un jonrón con más de uno en bases.

Jeter, Hill y Mattingly piensan que el equipo está rindiendo menos de lo que puede, pero eso es discutible. Los Marlins finalizaron últimos en las mayores en 2018 en carreras, jonrones, slugging y OPS, y eso fue con Realmuto. Ahora no tienen a nadie que haya bateado por encima de .278 el año pasado ni más de 12 jonrones.

Miami esperaba una mejora con el jardinero central Lewis Brinson, la pieza más importante adquirida en el cambio de Yelich. Pero bateaba para .197 cuando fue bajado a las menores la semana pasada.

Curtis Granderson y Neil Walker fueron contratados para proveer liderazgo veterano, algo que han hecho. Pero Granderson comenzó la semana bateando .176 y Walker estaba con .250 y cinco empujadas.

Es una sensación familiar para Walker, que estaba con los Piratas de Pittsburgh cuando perdieron 99 y 105 partidos.

"Uno aprende mucho más de los tiempos difíciles que de los buenos tiempos”, dijo. “Tienes que mantener la buena actitud”.

Los Marlins despidieron al coach de bateo Mike Pagliarulo, pero eso no ayudó. Anotaron solamente 13 carreras en los cinco partidos en casa la semana pasada.

Jeter despidió además al presidente de operaciones de negocios Chip Bowers. Los Marlins dijeron que la concurrencia al estadio no fue un factor en esa decisión y que Bowers no estuvo involucrado en las negociaciones para derechos de TV y de nombre del estadio que aún no han producido acuerdos.

No obstante, la apatía de los fanáticos cuaja alrededor de los nuevos dueños. El equipo promedia 9.668 fanáticos por partido en el Marlins Park, menos que la campaña previa y último en las menores.