Cooperstown, Nueva York. Como dirían los boricuas: ‘lo que falta es la pista para el baile’.

Esa frase popular aplica para el momento que le espera al vegabajeño Iván Rodríguez este domingo en Cooperstown, en ocasión de su exaltación al Salón de la Fama de esta ciudad, en donde el béisbol es tema común y en donde el boricua es música.

Cooperstown ya está listo, con sus calles abiertas solo para peatones –tipo la calle San Sebastián– y una organización impecable que hasta los boricuas siguen al pie de la letra. El pueblo, que tiene 2,000 residentes y cuya temperatura ronda los 70 grados, espera aproximadamente 30,000 visitantes este wikén que culminará con la exaltación este domingo.

Los boricuas –que hay hasta en la luna, según la canción– también están listos aquí para la fiesta. Han venido desde la Isla o desde ciudades de los Estados Unidos. Están aquí por primera vez o por segunda ocasión. Algunos son más veteranos. Se notan desde lejos por sus colores vivos e insignias.

“Los boricuas nos vamos a quedar con Coopertown”, dijo Jorge Vega, uno de los boricuas presentes en el pueblo.

“Nos encontramos en las calles a Eduardo Pérez (expelotero y ahora comentarista para ESPN) y vino a donde nosotros. Nos dijo ¡Boricuas! y se tiró fotos con nosotros”, agregó Ricardo Pérez.

No solamente son boricuas los que están listos para ver a Pudge en Cooperstown. También hay fanáticos que lo vieron jugar con los Vigilantes durante 12 años y con los Astros de Houston durante media temporada en el 2009. Éstos últimos también está presentes para celebrar la exaltación de Jeff Bagwell, quien entrará con Iván al Salón este domingo. Algunos de esos, como Stephanie Syphert, quedaron impactados por Iván.

“Tengo una anécdota con Pudge. Fue en los campamentos primaverales. Él estaba estirándose y se subía la camisa y se le veía el six pack y yo le gritaba para un autógrafo y vino donde mí. Y esa bola todavía la tengo”, dijo Syphert.

Hay cientos de fanáticos de los Astros andando por las calles de Cooperstown. Se notan fácil por el anaranjado distintivo de Houston que visten. También se ven fanáticos de los Vigilantes, que son ‘compueblanos’ de los Astros. Iván jugó 12 temporadas con ellos y entrará en el Salón con esa camiseta.

Lo que falta en la fiesta es que Iván ofrezca  su mensaje de exaltación temprano en la tarde del domingo y que su placa de inmortal sea colocada en el Museo Nacional del Béisbol, lo que también ocurrirá el domingo posterior a la exaltación.

Se unirá a Clemente, Cepeda y Alomar

Solo faltan esos detalles porque hasta el lugar en que quedará la placa ya se conoce. De hecho, el fondo de la placa de bronce de Iván ya está empotrado en una pared del mismo ala del Museo de tres pisos en que están colocadas las placas de sus compatriotas Roberto Clemente, Orlando ‘Peruchín’ Cepeda y Roberto Alomar. 

Y en el fondo de la placa, que es de material sólido, está la firma de Iván, el número ‘7’ que utilizó con los Vigilantes y las siglas HOF 2017, que quieren decir Hall of Fame del año 2017.

Su placa está a lo alto y al centro de la pared que inaugurarán también los otros integrantes de la Clase 2017: los jugadores Bagwell y Tim Raines, quien entrará en el Salón con la camiseta de los mismos Expos de Montreal que jugaron como locales en Puerto Rico en el 2003 y 2004, así como el exdueño de los Cerveceros de Milwaukee y excomisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig, y el gerente general John Shuerholtz, cuyos Bravos de Atlanta firmaron al receptor ponceño Javier López en el 1988, un año antes de que Iván firmara con los Vigilantes.