Wicho Figueroa: “Esto es un regalo de Santa Claus, esto es un regalo que se me dio”
El veterano Luis “Wicho” Figueroa se siente como un niño pequeño con su primer juguete después de alcanzar los 700 hits en la liga invernal.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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El veteran pelotero vegalteño alcanzó anoche los 700 inatrapables de su carrera en la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) en la victoria, 6-3, de la tribu ante los Gigantes de Carolina en el estadio Roberto Clemente Walker.
El batazo llegó mediante un sencillo ante el relevista de los Gigantes, Adam Kolarek, en la séptima entrada.
Con el batazo, Figueroa cumplió la gesta que no alcanzó el año pasado, cuando colgó los spikes y anunció su retiro luego de 18 temporadas en la liga invernal. Figueroa comenzó la campaña actual como uno de los coaches de los Indios, y la gerencia lo activó el pasado viernes, 18 de noviembre, y le dio la oportunidad de alcanzar el exclusivo club.
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“Estaba tranquilo porque me sentía bien. Estaba confiado de que iba a tener un buen juego porque ya en los últimos tres días me sentí bien. Se sintió bien llegar a esa marca. No todo el mundo ha llegado a esa marca. Llegar a 700 hits quiere decir que uno es un buen bateador”, aseguró Figueroa luego del partido.
La algarabía de los fanáticos en el parque se hizo sentir con el batazo a pesar de que los Indios se encontraban jugando de visitantes.
El dirigente interino Stephen Morales decidió sustituirlo por Jesmuel Valentín, quien lo esperó cerca de la línea de tercera base y lo abrazó por varios segundos en señal de respeto.
Ese gesto podría considerarse como un pase de batón entre dos generaciones del béisbol puertorriqueño. Sus compañeros hicieron lo mismo al recibirlo con aplausos en el dugout.
Y así fue como Figueroa cerró, con broche de oro, una noche mágica en la que consumió cuatro turnos para batear los dos inatrapables que le faltaban para llegar a la marca. El primero de sus batazos fue otro sencillo al jardín central en su segundo turno en la tercera entrada.
“Esto es un regalo de Santa Claus, esto es un regalo que se me dio. No pensaba que iba a jugar, así que al volver a jugar me siento como si fuera un niño con su primer juguete. Me lo estaba disfrutando al máximo y los muchachos estaban vacilando conmigo. Por eso es que uno ama tanto este deporte, por las amistades que uno tiene en el terreno”, manifestó Figueroa.
El promedio de Figueroa en los cinco partidos que dispute luego de ser activado es de .350, y su promedio de por vida en la liga invernal ascendió a .296.
“Me sentía bien porque yo sabía que podía poner la bola en juego. No estaba pensando en ‘déjame dar un jonrón, un doble, un hit bien grande’. Lo que hacía era que estaba tratando de poner la bola en juego. Creo que eso me hizo darlos tan rápido. Me sorprendió mucho porque no me había enfrentado a un pitcher desde febrero en la Serie del Caribe”, sostuvo Figueroa, quien ha consumido 20 turnos esta campaña.