Un joven no quise dejar pasar la oportunidad para enseñarle a Miguel Cotto sus habilidades boxísticas.

Mientras el retirado púgil se encontraba en un compartir social en lo que parece ser la barra de un hotel, una niña se le acercó para hacerle una corta demostración de lo puede hacer con sus puños.

Un sonriente Cotto quedó perplejo por lo que estaba viendo y, al final, le estrechó la mano. Tal vez Cotto no debería perder de vista a la jovencita dado que podría ofrecerle un contrato para que se una a su empresa promotora en la eventualidad de que decida iniciar una carrera en el boxeo rentado.