Canito Marrero hace la diferencia
ha levantado glorias de Puerto Rico como Kiria Tapia.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 7 años.
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San Juan. Una de las paredes del gimnasio de boxeo del residencial Jardines de Monte Hatillo de Río Piedras está lleno de agradecimientos para su entrenador, Orlando ‘Canito’ Marrero.
Desde los organismos que rigen el boxeo de Puerto Rico, al hipódromo de la Isla, y hasta un portada de Primera Hora, todos le reconocen a Marrero lo que ha hecho por los niños y la juventud de Monte Hatillo, la que ha estado más segura dentro del ring que por las calles y edificios del residencial que estuvo una vez en ‘guerra’ con el vecino complejo Jardines de Berwind, de donde él es oriundo.
Y es que Marrero se convierte en un padre de los púgiles que llegan al gimnasio al tiempo en que los entrena en este deporte.
“Entreno los niños. Les enseño lo que es el deporte y le doy buenos consejos para sacarlos de las calles”, dijo Marrero, quien lleva 35 años en el gimnasio, tanto en su etapa como boxeador y entrenador.
Ha sacado adelante boxeadores que se han convertido posteriormente en figuras en Puerto Rico, como la querendona medallista panamericana Kiria Tapia, como el actual campeón mundial Alberto ‘El Explosivo’ Machado, y como su ex púgil y ahora jinete, Sacha Ortiz.
Otros no han salido de las calles y han muerto. A esos Canito los lleva pegado al corazón.
“Ha sido triste porque vivimos en un residencial en donde a veces la juventud quiere coger la vida más fácil y no coge los consejos. He tenido pérdidas con algunos boxedores, que han dolido mucho porque uno los ha tenido desde pequeños y tiene sueños con ellos”, dijo.
‘Canito’ habla de todos esos muchachos, los que tomaron consejos y los que no, con un tono paternal porque, precisamente, esa es la figura que ha intentado ser.
“Los trato como si fueran hijos míos. Ellos van a casa. Yo los llevo a la playa, al cine, iglesias. He mantenido una comunicación con ellos que es como si fueran mi hijos. Siempre los he tratado así. A veces uno hace más de lo que debe, pero así es uno. El sentimiento hacia ellos es grande”, dijo.
Ni en un lunes feriado se alejan los púgiles de ‘Canito’ del gimnasio para trabajar en sus destrezas al tiempo en que se alejan de las calles.
‘Canito’ tiene ahora a un par de decenas de niños, desde Tayshka ‘La Rusa’ González a Ezequiel Trujillo, dos jóvenes del residencial que viven agradecidos con su entrenador.
“Él es todo para mí. Es mi amigo. Es mi confidente y es como un papá porque llevo con él desde los 8 o 9 años. La agredezco que siempre mantiene las puertas abiertas del gimnasio”, dijo González.
Mientras, Trujillo agregó sobre ‘Canito’: “nunca tuve un padre y lo quiero como un padre. No lo vamos a abandonar nunca”.