Danielito “El Zorro” Zorrilla procurará que la experiencia que vivió el pasado marzo no se repita.

El boxeador recibió varios golpes en la nuca durante la pelea contra Ruslan Madiyev que lo dejaron aturdido, al punto, que necesitó asistencia médica dentro del ring antes de salir en una silla de ruedas. Zorrilla atribuye a la pobre preparación que hizo de antemano a la escalofriante situación en el evento de boxeo rentado que se llevó a cabo en la rotonda frente al gimnasio Félix Pagán Pintor en Guaynabo.

“La meta es estar bien de salud que es lo más importante. Cuando el doctor me dio el visto bueno seguí hacia adelante para arreglar los errores que cometí”, sostuvo Zorrilla (15-0, 11 KO), quien el 14 de agosto arriesgará el cinturón NABO de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) ante el mexicano Pablo César Cano (33-7-1, 23 KO).

Zorrilla mencionó que no entrenó a consciencia para el combate contra Madiyev. Estuvo al borde de pagar un elevado precio.

En los primeros días me daban mareos y malestar. Estaba preocupado, pero nada grave, algo normal. Sufrí una deshidratación severa y al cabo de un mes estaba bien. Tenía que tomar una decisión entre seguir hacia adelante o lamentarme. Opté por seguir y arreglar los errores”, agregó.

“Para Madiyev no hubo una preparación como a la que estaba acostumbrada. Era cuestión de hacer una buena alimentación y descanso que por situaciones familiares no me permitieron entrenar como se supone. Una cosa llevó a la otra y eso es lo que había que arreglar. Si miro para atrás, es para arreglar los detalles que fallé. Es lo único que me motiva para mirar hacia atrás. Fue un poco duro para mi. Hay que borrar ese pasado y concentrarme en los detalles que hubiese hecho de otra forma”, afirmó.

El boxeador se encuentra en la etapa final de la preparación camino al combate en agenda.
El boxeador se encuentra en la etapa final de la preparación camino al combate en agenda. (Suministrada / MCP)

Zorrilla entiende que el compromiso del 14 de agosto será el pasaporte hacia una futura cita titular en las 140 libras. El boricua 27 años parece decimotercero en las clasificaciones de la OMB.

“Esta pelea me encamina bien. Es una buena prueba. No pensé que estaría tan temprano de regreso. Mi mente no sabía lo que quería. Mientras se fueron dando las cosas me mantuve en recuperación. Soy un boxeador que tarde o temprano se me iba a dar de nuevo. Comencé a entrenar de la mano del excampeón mundial (Román) Rocky Martínez, quien me aconsejó muchas cosas. Me tomó enamorarme nuevamente al boxeo. Cuando volví para entrenar no tenía deseos, había perdido un poco las ganas, pero Rocky me ayudó a involucrarme, a entender muchas cosas. Me tomé un tiempo, pero tengo bocas que alimentar”, sostuvo.