Danielito Zorrilla rehusó tirar la toalla cuando su futuro en el boxeo profesional se encontraba contra las sogas.

El púgil fue uno de miles de  puertorriqueños  que buscaron refugio en distintas comunidades en Estados Unidos luego del paso del huracán María  en septiembre de 2017. La residencia de Zorrilla sufrió severos daños y, al igual que la mayoría de la población, carecía de los servicios básicos. Pero fue el nacimiento de su segundo hijo en octubre de ese año lo que provocó que tomara la difícil decisión de salir de la isla a toda prisa.

“Estaba triste por mis hijos. Nos quedamos sin electricidad, mi hijo mejor venía en camino y nació durante ese proceso. Sufrió una infección en el hospital y no podíamos salir del país. Teníamos miedo de llevarlo a tratamientos en Puerto Rico porque la bacteria la cogió en el hospital. Queríamos bregar en Estados Unidos”, relató Zorrilla.

El boxeador de 25 años recibió una oferta para pelear apenas dos meses después del huracán, sin embargo, emocionalmente no se encontraba en condiciones para entrenar.

“Sentía una impotencia de no poder hacer cosas. Los nenes enfermos, sin electricidad. Cuando surgió la oportunidad de viajar, fue lo primero que hicimos. Atendimos al nene en la Florida y cuando se recuperó nos fuimos a Boston”.

Zorrilla permaneció por tres meses en dicha ciudad con su familia. Trabajó en distintos de proyectos de construcción junto con su padre mientras surgía el momento idóneo para  para retomar su carrera.  

“Me había ido, pero sabía que quería volver porque en Puerto Rico es donde puedo entrenar. Cuando regresé estaba en 180 libras hasta que me puse en condición para seguir”, afirmó el atleta quien pelea en las 140 libras.

Zorrilla agregó que la situación “me hizo madurar, me preparó para pensar de una manera más inteligente. Fue una experiencia que prepara a uno mentalmente para lo peor. Me ha motivado más en términos de que no deseo estar nuevamente en esa situación. Sigo entrenando, sigo en este deporte para echar mi familia hacia adelante”.

Una de las primeras tareas de Zorrilla fue poner la residencia en orden para recibir a su pareja junto con los dos retoños.

“Dormíamos todos en la misma habitación mientras limpiábamos poco a poco hasta que las cosas cayeron en tiempo. Nunca tiramos toalla, metimos mano y salimos hacia adelante”, confesó.

Luego, comenzó el proceso de entrar en calor para subir a un ring.  El primer combate fue en marzo de 2018 al vencer por decisión unánime a Clifford Gray. Desde entonces, ha ganado cinco de seis compromisos por la vía rápida. Su próximo compromiso será el sábado 17 de agosto cuando será una de las atracciones principales de la cartelera que Miguel Cotto Promotions presentará en asociación con H2 Entertainment en el coliseíto Pedrín Zorrilla en San Juan.

“Esa experiencia me atrasó un poco y vengo decidido a todo. Siempre voy a echar hacia adelante”, concluyó el riopedrense de 25 años, quien está invicto en 11 combates con nueve nocauts.