La tercera pelea entre Tyson Fury y Deontay Wilder fue aplazada para octubre.

El promotor Bob Arum señaló que el duelo entre los pesos completos no será en julio como originalmente programado debido a los crecientes números de pacientes infectados con el virus COVID-19. Wilder ejerció la opción de ir directo a una revancha después de perder la faja del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) el pasado febrero. El estadounidense cayó por nocaut técnico ante el británico.

Enseguida, los representantes de ambos púgiles iniciaron las negociaciones y habían acordado que el tercer enfrentamiento sería el 18 de julio en el MGM Grand Arena en Las Vegas, Nevada.

Sin embargo, la pandemia por el coronavirus provocó la suspensión de todos los eventos deportivos, incluyendo la NBA, MLB, NHL y NCAA, entre otros. Además, los casinos en Las Vegas permanecen cerrados.

“No sabemos si el MGM estará abierto de aquí a cuatro meses”, dijo Arum a ESPN. “No podíamos garantizarle a los boxeadores que el evento se llevará a cabo en la fecha (18 de julio). No pudimos convencer a los peleadores ni a nosotros mismo”.

La situación se agrava por los cierres indefinidos de los gimnasios para minimizar los casos nuevos de coronavirus. En Estados Unidos la cifra de contagios es de 66,057 y, de esos, 1,046 personas han fallecido.

“Sería absolutamente ridículo decir que la pelea será en julio cuando los británicos no pueden viajar a Las Vegas. Tenemos que dar un paso atrás. El boxeo no es un caso aislado. Es parte de lo que está sucediendo en el mundo, así que la pelea posiblemente se podrá hacer a principios de octubre”, concluyó Arum.

La primera vez que se enfrentaron, los boxeadores se tuvieron que conformar con un empate.