La leyenda del boxeo Oscar De La Hoya quería hacer un documental sobre su pelea de 1996 contra Julio César Chávez. Se acercaban los 25 años del enfrentamiento “Ultimate Glory” y pensó que era el momento adecuado para mirar atrás. Entonces, le preguntó a Eva Longoria Bastón, su amiga desde hace 20 años, si estaría interesada en dirigirlo.

“Le dije, ‘Oh, Dios, no. No, no, no’”, comentó Longoria Bastón entre carcajadas. “Lo último que quería hacer era un documental de boxeo con estadísticas y jabs”.

Recordaba la noche de la pelea, por supuesto.

“Ni siquiera tenías que ser fanático del boxeo para saber dónde estabas el día que ocurrió”, señaló Longoria Bastón. “En todo mi vecindario la gente buscaba un cable robado para verla o la televisión de alguien para pagar la pelea. Tú sabes, ‘¡Vengan todos y todos aportamos un dólar!’”, rememoró.

Pero, entonces se puso a pensar en ese momento y en lo divisivo que fue para los mexicanos-estadounidenses. Chávez era de nacionalidad mexicana. De La Hoya era del este de Los Ángeles. Y se dio cuenta de que esa era la película que quería hacer.

El resultado es “La Guerra Civil”, una producción de DAZN Originals que se estrenó el jueves por la noche en el Festival de Cine de Sundance.

“Dije, lo interesante para mí es realmente regresar y explorar esa división porque todavía la vemos hoy. Tú sabes, la pregunta de ‘¿soy lo suficientemente mexicana?’ Y la pregunta de quién puede afirmar que es, entre comillas, mexicano y cómo se evita ese guion entre mexicano-estadounidense”, dijo. “Yo vivo esa experiencia. Estoy a horcajadas sobre ese guion todos los días de mi vida. ¿Y hacerlo en un escenario público tan grande, tan público? Para Oscar, fue desgarrador”, comentó.

El documental es lo que Longoria Bastón considera cariñosamente como “boxeo adyacente”, e incluye entrevistas con Chávez, De La Hoya y su entrenador mexicano en ese momento, Jesús Rivero, pero también con académicos y espectadores que examinan la brecha cultural de ayer y de hoy.

Y aunque estaban dadas las condiciones para que Longoria Bastón y su equipo obtuvieran el acceso y las entrevistas que necesitaban, el documental se filmó durante la pandemia de COVID-19, lo que generó más que algunos obstáculos y dolores de cabeza.

Sabía que De La Hoya no sería un problema.

“Conocía la mayoría de las historias que él contaba, y creo que ayudó a que el documental tuviera esa conexión íntima”, dijo. “Creo que él tenía un nivel de comodidad conmigo que le permitía explorar las emociones en bruto. Podías sentir su dolor al verlo recordar cómo fue abucheado por su propia gente. Creo que nuestra amistad permitió que esa vulnerabilidad se manifestara”.

Pero aún no conocía a Chávez y estaba un poco nerviosa de poder establecer un vínculo para obtener lo que necesitaba.

“Uno quiere una conversación íntima y es difícil hacerlo cuando tienes un plexiglás, una máscara, un escudo de protección y estás a ocho pies (casi tres metros) de distancia”, dijo.

Resulta que no tenía que haberse preocupado.

“Él es tan carismático, tan encantador. Y es veraz. Es un narrador muy confiable”, dijo. “Es hermoso y refrescante tener a alguien en un documental que no revise la historia. Realmente recordaba las peleas. Recordaba los desafíos. También recordaba los buenos tiempos, pero no sin los malos”.

La de Rivero fue una de las entrevistas más difíciles de conseguir. Tenía 103 años en ese momento y su familia no estaba interesada en permitir que un equipo de cámaras viajara a México para entrevistarlo en el punto álgido de la pandemia. Incluso montaron una versión del documental sin él, pero mantuvieron la esperanza y finalmente consiguieron la entrevista.

Ahora Longoria Bastón espera que la película llegue a una gran audiencia, incluidos aquellos que quizás no piensen que un documental de deportes o boxeo sea para ellos.

“Todavía estamos lidiando con problemas similares, especialmente porque la inmigración es un tema tan candente y la economía se ve tan afectada por el COVID y nuestra comunidad, la comunidad mexicana, se ve afectada de manera desproporcionada por el COVID. Creo que todo sigue siendo terreno fértil para conversar”, señaló. “Hallemos nuestros puntos en común más que nuestras diferencias porque tenemos problemas mucho más importantes que enfrentar y debemos enfrentarlos juntos”.