Doña Irma está muy orgullosa de su hijo "Tito" Trinidad - VÍDEO
Doña Irma no imaginó que acababa de dar a luz a quien eventualmente se convertiría en una gloria del deporte puertorriqueño y uno de los atletas más queridos.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Cuando doña Irma Doris García trajo al mundo a Félix “Tito” Trinidad hace 40 años, nunca se imaginó que acababa de dar a luz a quien eventualmente se convertiría en una gloria del deporte puertorriqueño y uno de los atletas más queridos de esta Isla.
Aquel 10 de enero de 1973, doña Irma le dio la bienvenida a su primogénito en Fajardo, fruto de su matrimonio con Félix Trinidad padre.
“Ese día fue tan bonito, precioso, wow. Ser madre es algo muy bonito y jamás pensaba, en mi vida, que iba a tener un campeón mundial”, recordó doña Irma, quien recibió ayer a Primera Hora en su hogar en Cupey Alto. “Jamás pensaba que iba a traer un niño al mundo con una bendición grande, para Puerto Rico, para mí, para el mundo entero”, agregó.
Doña Irma recuerda a Tito como un “bebé tranquilo” y que dijo “mamá y papá” como sus primeras palabras. Comenzó en el boxeo aficionado a los nueve años y también se destacó en el deporte de pista y campo.
“Todo el mundo decía que iba a llegar a ser grande. Tenía una estámina como boxeador que lo iba a llevar a ser campeón mundial. Tenía la fuerza”, compartió.
Bajo la tutela de su padre, Tito se convirtió en uno de los mejores boxeadores que ha dado el país, al ganar cinco títulos mundiales en una carrera que se extendió desde 1990 hasta 2008 y en la que amasó marca de 42-3 con 35 nocauts.
Pero fue su humildad fuera del ring lo que le ganó a Tito el cariño del pueblo, una actitud que le inculcaron en su hogar. “No le dice que no a nadie. Se distinguió por su humildad y por eso llegó a donde llegó”, dijo doña Irma, quien ganó fama por el caldo de gallina que preparaba para que su hijo consumiera después de cada pesaje.
“Muchas personas me han pedido la receta, pero la receta más perfecta que le puedo dar es la genuina: el amor. Como el amor de madre, ninguno. Esa es la receta”, dijo con firmeza.
Hoy, el cántico de Cumpleaños feliz retumbará en Cupey Alto, donde los familiares de Tito se reunirán para celebrarle sus 40 años.
“Le vamos a comprar un bizcocho entre la familia. Para que él se sienta bien, que sienta que la familia lo quiere”, reveló doña Irma.
También, celebrarán el amor que sienten uno con el otro, pues, según doña Irma, la relación madre e hijo está en su mejor momento.
“Es mucho más bonita porque ahora está más a mi lado. Siempre estoy pendiente a él, siempre estamos cerca. Nos buscamos de parte y parte”, resaltó.
¿Y, cómo ve a Tito a sus 40 años?, se le preguntó.
“Él me dice: ‘Ahora es que estoy en mi apogeo. Estoy muy bien, sano, saludable; estoy con los gallitos, tranquilito; ya no madrugo, ya no corro, estoy gordito.’ Está contento, está positivo, tiene su mente bien fuerte”, concluyó.