Manila. -El combate victorioso del boxeador filipino Manny Pacquiao contra el puertorriqueño Miguel Cotto puede haber logrado hoy lo que no han conseguido décadas de esfuerzo político y policial: frenar por un día el crimen y el conflicto armado en Filipinas.

Pacquiao hizo historia al ganar su séptimo título mundial, tras vencer en la categoría welter al púgil puertorriqueño, que abandonó en el 12 asalto el combate celebrado en el estadio Grand Arena de Las Vegas.

El filipino se convierte así en el único púgil del mundo en conquistar siete categorías diferentes en la Organización Mundial del Boxeo.

El origen humilde de Pacquiao cautiva a sus paisanos, pese a que actualmente es uno de los hombres más ricos del país y en estos momentos, sin duda, el más popular.

Durante la pelea, el tráfico se descongestionó en las localidades filipinas y en la bulliciosa Manila, donde el mayor estadio de la ciudad, con capacidad para 15,000 personas, tuvo que colocar cuatro pantallas gigantes en la calle para los que no encontraron asiento.

Hasta los criminales dejan de delinquir en Manila, una de las urbes con mayor índice de delincuencia en Asia, y en otras ciudades filipinas cuando televisan los combates de Pacquiao.

Las autoridades afirmaron antes de la pelea que esperaban una reducción casi absoluta de la criminalidad tras los alto el fuego no oficiales acordados con las bandas delictivas y los grupos guerrilleros.

"Históricamente, el crimen se reduce casi a cero durante los combates, aunque sacamos algunas patrullas para que nadie se aproveche de la situación", aseveró el portavoz de la Policía Nacional, Leonardo Espinosa.

En las zonas del conflicto, el Ejército y las guerrillas comunista e islámicas acordaron, como es habitual, un día de tregua para no perderse el combate.

El misionero irlandés Michael Sinnott, liberado el pasado jueves tras pasar un mes secuestrado en el sur de Filipinas, afirmó que sus captores querían negociar su liberación antes de la pelea para poder ver a su héroe Pacquiao.

"Tu libertad es nuestra libertad. No queremos estar aquí durante mucho tiempo y queremos ver la pelea de Pacquiao", aseguró el religioso que le dijeron los secuestradores.

La presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, se apresuró a felicitar a Pacquiao, quien ha expresado sus simpatías por la mandataria, así como su intención de entrar en política cuando finalice su carrera deportiva, aunque en 2007 se postuló sin éxito en las elecciones parlamentarias.

Los más acérrimos rivales coinciden en la veneración de este auténtico fenómeno de masas, en un país donde no abundan los grandes deportistas y la pobreza afecta a más de la mitad de la población.

Emmanuel Dapidran Pacquiao nació en 1979 en la ciudad de Kibawe, en la meridional isla de Mindanao, y trabajó como porteador en los puertos y panadero antes de destacar en el boxeo.

El púgil filipino, que debutó en 1995, sólo ha perdido tres combates en su carrera, ninguno por KO, y ha conseguido noquear a 38 rivales en las 55 peleas que ha ganado.

Se trata del primer deportista filipino en aparecer en los sellos de correos, mientras que revistas como Time y Forbes lo han declarado como una de las personas más influyentes en Filipinas.

"Paquiao: la película" se entrenó con gran éxito en los cines filipinos en 2006 y el actor estadounidense Sylvester Stallone, estudia un guión para hacer una película junto con su admirado boxeador.

Miles de jóvenes filipinos se divierten jugando con Pacquiao en los numerosos juegos de ordenador y videoconsola que emulan sus épicos combates, incluido el disputado contra Cotto.