Histórica pelea entre Vasyl Lomachenko y Guillermo Rigondeaux
Los púgiles se enfrentarán el 9 de diciembre próximo en el teatro del Madison Square Garden, de Nueva York.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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Una pelea histórica.
Así definieron los boxeadores Vasyl Lomachenko y Guillermo Rigondeaux el anticipado combate que los enfrentará el 9 de diciembre próximo en el teatro del Madison Square Garden, de Nueva York, y en el que estará en juego el título mundial superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) que posee el primero.
La particularidad de esta reyerta es que el ucraniano Lomachenko (9-1, 7KO’s) y el cubano Rigondeaux (17-0, 11KO’s) son dos dobles campeones olímpicos a los que el público quería ver juntos en un ensogado desde hace un tiempo y que son considerados como de los mejores peleadores aficionados.
Eso sí, para poder hacer realidad este combate, Rigondeaux tuvo que subir dos divisiones, de las 122 a las 130 libras.
“Subimos a las 130 para demostrar que somos los mejores en cualquier división”, dijo en español el campeón en las Olimpiadas de Sidney 2000 y Atenas 2004 durante una teleconferencia celebrada hoy, miércoles, para hablar sobre los detalles de este combate organizado por la promotora Top Rank y que será transmitida por ESPN.
El cubano, que reconoció la calidad de su oponente tanto en su carrera aficionada como en su ruta profesional, expuso que esta pelea será “muy buena” para los fanáticos y que hará historia, pues enfrentará a dos excampeones olímpicos.
Asimismo, le restó importancia al hecho de que sus últimas peleas no hayan llegado hasta el asalto número 12 y a que tuvo que subir hasta las 130 libras. “Para nada, estoy al 100%, y le voy a demostrar al mundo para lo que me he preparado”, puntualizó el atleta, que tampoco mostró preocupación por las críticas a que su estilo de pelea, que ha sido descrito como “aburrido”.
En cuanto al posible desenlace de la reyerta, el atleta no se aventuró a vaticinar cómo terminaría, si por decisión o por nocaut. “Eso es impredecible, eso sale solo, eso no se busca. Eso pasa”.
Por su parte, Lomachenko, campeón olímpico en Pekín 2008 y Londres 2012, también reconoció que su contrincante fue un gran boxeador aficionado y que la pelea del 9 de diciembre será una “histórica”.
“Es una pelea que me interesaba, y finalmente nos enfrentaremos”, apuntó durante su turno para contestar preguntas en ucraniano, su idioma natal.
El peleador, que recalcó que vencerá a Rigondeaux antes del duodécimo asalto, no quiso compartir cómo piensa hacer. “Tengo un plan en mi cabeza de cómo lo haré, pero no lo voy a decir”.
La escuela cubana y la del Europa del Este
Durante la entrevista, Bob Arum, quien es el promotor de Lomachenko pero lo fue antes de Rigondeaux, expresó que si el cubano quiere ganar, no puede seguir el patrón de la escuela cubana de boxeo, que lo que busca es sumar puntos.
“Lo que veremos son dos escuelas distintas: la cubana y la de Europa del Este. El estilo de Lomachenko (de Europa del Este) es defensivo, siempre busca herir y noquear. Destruye a sus oponentes y complace a los fanáticos”, explicó el veterano promotor.
“El estilo cubano busca hacer puntos y se van. Lo que quiere es ganar por puntos. Pero Lomachenko no dejará a Rigondeaux hacer puntos. Rigondeaux tendrá que ser más agresivo”, agregó.