Filadelfia. Bernard Hopkins tiene un futuro brillante como locutor. Es tan conocido por sus fanfarronerías como por haber devorado la división mediana durante una década.

Quizás su futuro esté en ser promotor a tiempo completo. Puede vender una pelea, ofrecer consejos de cómo alimentarse y cómo ahorrar a las promesas del futuro mientras se gana la vida en el deporte que ama.

Pero todo eso puede esperar. En una edad en que la mayoría de los atletas están retirados, dirigiendo o llenando sus carteras firmando autógrafos en un centro comercial, el viejito del boxeo está a ley de un nocaut para hacer historia.

Otra vez.

Si Hopkins, de 46 años, derrota el sábado al campeón semicompleto del Consejo Mundial de Boxeo (AMB), Jean Pascal, destronaría a George Foreman como el boxeador más viejo en ganar una corona mundial.

Hopkins cumplió 46 años en enero pasado, Foreman tenía 45 años y 10 meses cuando noqueó al entonces monarca de los pesos completos Michael Moore en 1994.

“Están bregando con un individuo que no es la norma”, dijo Hopkins, quien se convirtió en campeón en 1995 y ya ha trazado sus planes por los próximos dos años. Primero, derrotar convincentemente a Pascal, luego pelear tres veces más y retirarse como campeón.

Claro, eso viene de un boxeador que le prometió a su madre que se retiraría a los 40.

Hopkins (51-5-2) tiene algo que probar luego del deslucido empate en la primera pelea.

“Esto podría sumar otra página a un legado histórico que dejaré un día de éstos”, dijo.

¿Cuándo será eso?

“Desconozco cuándo llegará ese día”, dijo. “No busco pensar en el final de las cosas”.